SANTANDER. El torero peruano Andrés Roca Rey firmó una gran tarde en su paso por la Feria de Santander, donde se impuso con mando para cortar tres orejas.
Por su parte, sus alternantes, Cayetano y Pablo Aguado, se fueron de vacío
El poder absoluto
Roca Rey cosechó un triunfo rotundo este martes en la cuarta corrida del abono de Santander. Una tarde en la que se rozó la tragedia en el sexto cuando el de Bañuelos le prendió en el inicio de faena con muletazos por alto.
El toro le cogió y lo estrelló contra las tablas. Cayetano, que fue a hacerle el quite a cuerpo descubierto, fue volteado.
Roca Rey volvió a la cara del de Bañuelos, muy mermado, y para demostrar por qué es el figurón máximo del momento.
Demostró su firmeza con la muleta, imprimiendo su poder con la mano derecha, sometiendo al complicado animal de Bañuelos mientras el público gritaba: “torero, torero, torero”. Pinchazo y estocada.
El peruano se la jugó ante el incierto segundo, un toro que nunca venía entregado en la muleta. De hecho en uno de los naturales fue prendido por la corva.
Ahí Roca sacó su raza y se impuso a un animal desrazado al que le cuajó varias series por el derecho en los terrenos de cercanías. Se la jugó Roca. Estocada. Oreja. Pasó a la enfermería.
Frente a la mansedumbre
Cayetano en su primero se las vio con un toro de bonitas hechuras, pero pronto acusó su mansedumbre. Lo intentó Rivera por ambos pitones, muletazos sueltos a un animal que nunca venía entregado. A la hora de matar el toro demostró su mansedumbre rehuyendo de la pelea. Estocada.
Tampoco tuvo suerte Cayetano en el cuarto, un animal con cuajo, noble pero que no fue propicio para el lucimiento. Estocada.
Los destellos
Pablo Aguado firmó el mejor toreo de capote de la tarde. Cuajó una serie de verónicas con gusto al de Bañuelos. Templado quite por chicuelinas.
En la faena aprovechó la clase del de Bañuelos para enjaretar muletazos templados por el derecho. Calidad la de Aguado. La pena fue la espada, que le privó de la oreja.
Se corrió turno en el quinto, debido a que Roca Rey fue atendido en la enfermería por la voltereta.
Salió el quinto, un toro con cuajo, que no tuvo ninguna clase. Siempre a su aire. Aguado lo intentó por el derecho y le robó algunos muletazos sueltos. Estocada y varios descabellos. Silencio.
Foto: Lances del Futuro