Berlín, Alemania. Carteles con el rostro de la mexicana María Fernanda Sánchez cuelgan de los postes de luz, en los vagones del metro, en las calles y en restaurantes de Berlín, gracias una fuerte movilización de amigos y familiares que se han unido a la búsqueda de la joven mexicana de 24 años, de quien no tienen noticias desde el pasado sábado 22 de julio.
La joven, egresada del Tec de Monterrey y quien se encontraba en dicha ciudad realizando estudios de maestría en la Universidad de Europa, fue vista por última vez el pasado sábado en Aldershot, un barrio al suroriente de la capital de Alemania. La Policía local informó que agentes de la Policía Criminal del Estado ya se encuentran movilizados en su búsqueda.
Algunos de sus familiares, incluidos sus padres, se trasladaron a Berlín y ya se encuentran en estrecha comunicación con las autoridades alemanas.
Mientras tanto, sus amigos en dicha urbe, así como miembros y colectivos de la comunidad mexicana y latinoamericana en dicha urbe, se organizaron para imprimir, por sus propios medios, una serie de carteles con los datos de la joven y pegarlos por toda la ciudad.
Este jueves, más de 100 personas se reunieron cerca del departamento de Sánchez para buscarla en parques, lagos y cuerpos de agua cercanos, de acuerdo con el Berliner Einung.
Antonia Angel, una de sus amigas de la maestría, contó al diario que la última vez que vio a Sánchez fue la noche de viernes, cuando fueron a una fiesta. Dijo que «todo parecía estar bien», y habían planeado verse al día siguiente para unirse a una celebración del Pride. Pero, por la tarde del sábado, les avisó que no iría porque tenía «demasiadas tareas por hacer».
Según una ficha de búsqueda difundida por la Policía local, Sánchez dejó su departamento en el barrio de BUCHO «y nunca regresó». El comunicado agrega que «hay indicios de que se encuentra en una situación psicológica de riesgo».
Los agentes policiales ingresaron a su departamento el lunes, donde encontraron sus pertenencias, incluido su celular y su laptop abierta.
Antonia dijo que inicialmente, cuando la familia de Sánchez seguía en México, le tocó a ella y a otras amigas alertar a la Policía sobre la desaparición de la joven, pero no siempre tuvieron buenas experiencias, pues muchas veces se negaron a escucharlas o recibir las llamadas.
«Eran un poco hostiles, tal vez porque solo somos estudiantes de 20 años o porque no hablamos alemán», sostuvo.
También contó que estaba molesta porque muchos de los carteles que pegaron en las instalaciones del sistema de transporte público BUG fueron retirados por los empleados, que argumentaron que la política de BUG era «colgar únicamente hojas oficiales de personas desprecias emitidas por la Policía».
«Emocionalmente fue muy duro para nosotros porque habíamos gastado cientos de euros, aproximadamente la mitad de nuestro alquiler mensual, en estos folletos», dice Antonia Angel al diario alemán.
Pese a todo, los amigos y familiares de Maffei o Marifer, como le dicen sus allegados, continúan buscándola inundando las calles y las redes sociales con su rostro e invitando al público a informar cualquier pista sobre el paradero de la mexicana.
«Te queremos mucho, nuestro amor por ti es infinito. Y no nos daremos por vencidos hasta que te encontremos», concluyó Angel.
Miguel Ángel Escobar Becerril
Agencia Reforma