Proceso, Redoma, novedades editoriales
Usted ya lo sabe –y si no, lo testimonio–: la revista Proceso cerró su período de distribución semanal. El domingo inició la circulación como una publicación mensual. El cambio en la periodicidad implica una nueva etapa que impacta en la forma de hacer periodismo y un renovado contenido para el veleidoso espacio público.
Es innegable, Proceso es un medio informativo que por largas temporadas ha presentado muestreos del poder y sus derivados ejercidos sin control desde la ley y la ética –es decir: poder y corrupción–. Si bien la revista fue hechura de Julio Scherer García y Vicente Leñero, ella tiene su propia biografía y ciclos (Cfr. La red de los espejos. Una historia del diario Excélsior, 1916-1976, de Arno Burkholder, FCE, 2016).
Es un ícono en cada sexenio, recuerde las portadas, los reportajes, los números especiales, la entrevista a Octavio Paz, la columna “Inventario” de José Emilio Pacheco… Imagino que Usted recuerda y tiene presente las mohínas de cada poderoso por ser evidenciado como un excedido en el ejercicio de la autoridad.
Cito datos de los dos últimos directores, ambos de dos generaciones diferentes y procedentes desde la crisis de Excélsior. El actual director es Jorge Carrasco Araizaga. Éste es un agente de información especialista en seguridad y justicia. Le anteceden labores en El Economista y Reforma. Antes estuvo Rafael Rodríguez, autor de Prensa vendida (Grijalva, 1993) y protagonista de la pugna fratricida con Carlos Marín, el director de Milenio diario.
Considero que el cambio de periodicidad es producto de los embates por la publicidad, los gérmenes de lo digital, lo urgente de los hechos y las mudanzas de los lectores. A Zacatecas llegaba los días martes. Traían veinte ejemplares impresos desde Aguascalientes. Los domingos la mítica publicación era consumida en digital por suscripción, y más por distribución “pirata” entre amigos. En fin, Proceso ingresa a otra fase de su historia… leamos y lo más: formemos opinión.
Redoma
Está circulando el número nueve de la revista trimestral Redoma. Esta entrega está armada con colaboraciones de mujeres que abordan a Virginia Woolf, acerca de conciencia lingüística, la violencia de género desde las humanidades y el maltrato. Son textos de diversa índole: ensayo, creación y tanteos, tanto académicos como labor seria de presentación poética.
Miro que ha aumentado la presencia de académicas, lo digo en cuestión de grado y labores. El crecimiento no está decreciendo la intervención de estudiantes y noveles. En todo se mantiene calidad de contenido, diseño y cuidado editorial. No hay boteprontos y eso es loable, pues no hay improvisaciones.
El número verde –cada número tiene en portada un color distintivo- abre con el ensayo “Del escepticismo al entusiasmo. La literatura y la WWW: las primeras interacciones en el mundo hispanohablante (1996-2013)” de María Isabel Terán Elizondo. Cierra con “Un punto de vista sobre el maltrato”, de la sección Fata – dedicada a celebrar acontecimientos del hoy en nuestra comunidad-, escrito, en su momento, por Marina Arjona.
Refiero los datos precedentes para sugerir su lectura, sea vía impresa o digital (Vista de Vol. 3 Núm. 9 (2023): Redoma, julio-septiembre 2023 (uaz.edu.mx)).
Cierro
Vivo en tiempos donde leo y escucho el fin del libro impreso. Van como 20 años de ese rumor. Pese a los augurios, el jueves llegó por mensajería un libro ofertado en «preventa». Cielo cruel es una novela. A su autora la leo desde los 90. Lo suyo es literatura. El volumen me va facilitando transitar de las abrumadoras lecturas obligatorias al solaz vuelo de la imaginación.