LAGOS DE MORENO. El esperado regreso de Arturo Macías se dio este domingo en el Lienzo Charro Santa María, en el marco de la corrida de feria.
El escenario que registró una buena entrada, fue testigo del reencuentro de Macías con la afición, en un esfuerzo grande, que solventó a cabalidad con sus faenas realizadas.
Lo mejor llegó con la faena a su segundo, al que consiguió cortar las dos orejas, firmando así su gran regreso, saliendo a hombros.
Fermín Espinosa Armillita IV, tampoco se dejó nada, dos actuaciones llenas de firmeza, con entrega, cortando una oreja en cada toro, para conquistar también el triunfo y la salida a hombros.
La firmeza de José Miguel Arellano lo llevó a cortar una oreja de peso con el cierre de plaza.
Abrió Arturo Macías con Contador, de San Isidro, al que recibió con una zapopina de rodillas, toreando después por verónicas.
El brindis, sentido, con el cariño y respeto a la afición. La primera serie la ligó por el pitón derecho, buscando llevar la faena a buen puerto, cuajando así la segunda serie con rotundidad.
El de San Isidro se quedó corto con prontitud, pero el torero hidrocálido, siempre con esa claridad de ideas, buscó llevarlo en las cercanías, ligando así una portentosa serie que remató de rodillas. Pasaportó al segundo viaje y se retiró entre palmas.
Vitola de 490 kilos, segundo de la tarde, correspondiendo a Fermín Espinosa Armillita IV. El toro, que fue incierto en los primeros pasajes, fue llevado por bajo por el novillero que poco a poco lo metió en el engaño, ligando las dos primeras series por derecho.
No equivocó su condición el astado que buscaba meterse con peligro en los adentros. Armillita IV, con argumentos sólidos, demostró oficio y recursos, y así consiguió sacar los muletazos en una faena que terminó con esa variedad en el ritmo, por el izquierdo tuvo muy poco. La rúbrica fue una buena estocada.
Mono de 500 kilos, tercero de la tarde para José Miguel Arellano, dejó un buen saludo capotero al recrearse por verónicas.
Muletazos por alto en el comienzo de su faena. El de San Isidro tuvo poca fuerza, y lucimiento, pero el joven hidrocálido estuvo por encima, firme, sacando los muletazos con temple y mando.
Lo buscó por ambos pitones, dejando claro su concepto del toreo con el corte clásico y las buenas maneras. Pesado con la espada, se retiró entre palmas.
Segunda de la tarde
Ante su segundo, Arturo Macías, salió con determinación, dibujando con ritmo y cadencia por verónicas. De rodillas comenzó su faena, torero y con la convicción de ir a más.
El de San Isidro tuvo calidad, y nobleza, siendo aprovechado a cabalidad por Macías que alargó el trazo, para que con temple y clase cuajar las primeras series por la senda derechista. Molinete de rodillas para dar paso al toreo por el pitón izquierdo, y con hondura y reposo ligó una serie portentosa.
Al sonar la “Pelea de gallos” toreó de rodillas, con entrega y verdad, ante la inminente entrega de una afición desbordada en su toreo.
Los últimos pasajes, por alto para dejar una buena ración de acero para cortar dos orejas.
La variedad en el saludo capotero fue plasmada por Fermín Espinosa Armillita IV, con el quinto del festejo, de San Isidro.
Pocas opciones tuvo el torero ante un toro deslucido que iba a media altura, faltando esa transmisión. Gran esfuerzo de Armillita IV que buscó agradar en todo momento. Pinchazo y estocada para cortar una oreja.
El ejemplar Buz, el cierra plaza, al que saludó por verónicas y chicuelinas José Miguel Arellano; vistoso quite por navarras ejecutó el torero hidrocálido.
Faena variada, con emoción al tendido, dejando la calidad y coronado de gran estocada para cortar una oreja.