Beatriz Paredes y la campanada
Grata fue mi sorpresa cuando, por obra de una excelente periodista coahuilense, llegó a mi WhatsApp una liga con la entrevista que recientemente le hicieron en un medio de comunicación del estado norteño a Beatriz Paredes Rangel, la senadora tlaxcalteca que recorrió el país en busca de las firmas que la colocaran en una posición de competencia sólida al interior del Frente Amplio por México (FAM), para disputar la definición por representar a éste con miras a la Presidencia de la República en 2024, lo cual sucedió y puso nerviosos a muchos, entre otros, a los entusiastas seguidores de Xóchitl Gálvez y a algunos personajes políticos encumbrados.
La entrevista, realizada durante su visita a Coahuila de Zaragoza, es una de esas joyas que desafortunadamente no tienen revuelo nacional inmediato, pero que quedan para la posteridad porque, gracias principalmente al tiempo de exposición, así como al cúmulo de cuestionamientos que los entrevistadores hacen de la figura pública, se logra una interacción que revela elementos de juicio importantes que uno puede tener sobre una política de la talla de Paredes Rangel al revisar sus respuestas. La entrevista la puede ver en https://www.zocalo.com.mx/es-coahuila-un-gigante-lo-que-necesita-es-un-gobierno-federal-aliado/
Luego, gracias a mi papá, me llegó un documento informal que se titula “Líneas básicas para la promoción de BP [Beatriz Paredes]”, en el que destacaron los siguientes bullets: “Experiencia, honradez y preparación en favor de México”; “Es la mejor, conoce todo el país, ha sido todo, y tiene las manos limpias”; “Con el carácter y la firmeza para enfrentar cualquier situación y resolverla. La madurez necesaria para momentos difíciles” y; “Firmeza, madurez y serenidad. Lo que necesita un Gobernante en tiempos difíciles”. Sinceramente, me llamó la atención el documento. La verdad es que, leyéndolo, decidí destacar los elementos de su desempeño público que no tienen que ver con su biografía (una vez más, dicho sea de paso, un CV que es una maravilla por su paso por la función gubernamental, debo decir) pero que, a mi juicio, serían interesantes para abordarlos en esta colaboración.
Cito textual: a Beatriz Paredes, “Tanto en su Partido, como en otras fuerzas políticas, se le reconoce su capacidad, su inteligencia y su preparación; tiene una trayectoria de más de más de 40 años sin jamás haber estado envuelta o vinculada a escándalos de corrupción; tiene fama de saber escuchar y de saber llegar a acuerdos; es una política que privilegia el diálogo y rehúsa la imposición; fue, junto con el entonces secretario de Gobernación, la responsable de las negociaciones que permitieron dar gobernabilidad a México después de los sucesos políticos tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio; es la única de entre todos los aspirantes, que tiene experiencia legislativa en lo local y en las dos Cámaras Federales, así como de Gobierno Local, funcionaria de alto nivel en el Gobierno de la República y experiencia internacional (…); es una mujer con gran oficio político, conoce la administración pública y en consecuencia, tiene la capacidad para articular los esfuerzos que permitan a México tener un buen gobierno; conoce la realidad y necesidades de las comunidades rurales e indígenas, así como de las regiones más desarrolladas del País, por lo que sabe qué políticas públicas diferenciadas, deben implementarse para generar mejores condiciones de desarrollo a lo largo y ancho del territorio nacional”.
Esas líneas, desde mi personal interpretación, buscan posicionar en la circunstancia política actual a una mujer que ha estado políticamente activa en el primer círculo de las decisiones del país durante los últimos cuarenta años, pasando con mucho éxito y sin reproches o escándalos. Eso no es poca cosa. El dato de cuarenta años sin escarnio político y sin opiniones negativas, no es de todos los días en México. De hecho, creo que no hay personaje político con esa credencial, salvo Beatriz Paredes. Curiosamente, lo único que existe sobre Beatriz es un señalamiento a una personalidad con carácter férreo (lo cual ahora es bueno como gobernante) y, por otro lado, su pertenencia al Partido Revolucionario Institucional que, dicho sea de paso, sabemos que hoy por hoy no goza de una buena reputación. De ahí en más, Paredes tiene todo: experiencia, honestidad, preparación, carácter, historia personal, capacidad, energía, determinación, vocación democrática e intelectual, y demás.
Al momento de escribir estas líneas, Paredes Rangel ocupa el segundo lugar en apoyos del Frente Amplio por México, detrás de Xóchitl Gálvez. Lo que llama la atención es que, sin mayor ruido, Paredes obtuvo un número bastante significativo de firmas sin tener mayor esfuerzo o posición mediática. De acuerdo con una nota en El Financiero, la recolección de firmas quedó así: “Xóchitl Gálvez: 554 mil 699 firmas; Beatriz Paredes Rangel: 451 mil 934 firmas; Santiago Creel Miranda: 358 mil 735 firmas; Enrique de la Madrid: 344 mil 729 firmas”. Vea en https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2023/08/09/frente-amplio-por-mexico-aplica-primer-filtro-que-aspirantes-pasaron-a-la-segunda-ronda/ la información completa.
Por lo pronto, el hecho de que Beatriz Paredes -que ha dado discursos muy sólidos, autocríticos y estadistas- haya obtenido el segundo lugar después de Xóchitl Gálvez (a quien antecedió una marabunta mediática sin precedente que la catapultó sobremanera), ha puesto a levantar la ceja a varios, pues si Paredes da un giro en su conexión con el electorado y el priismo (y hasta el perredismo) la arropa totalmente, puede dar una campanada sin precedente que la ponga en la antesala de la candidatura presidencial. Ya veremos el desarrollo de las cosas, pero yo, por lo pronto, no le quitaré el ojo de encima.