Ni Beatriz sin Xóchitl, ni Xóchitl sin Beatriz
Estamos en la recta final para conocer a quien abanderará los esfuerzos del Frente Amplio por México para eventualmente competir por la Presidencia de la República en 2024. En algo inédito, estamos en vísperas de saber si Beatriz Paredes Rangel o Xóchitl Gálvez gozarán de la preferencia de simpatizantes de esta expresión opositora. Dos senadoras de la República que se enfrentan en una especie de “elección primaria” para competir contra el oficialismo.
Estamos viviendo un escenario que hace dos meses nadie imaginaba. En escasas semanas, dos mujeres se hicieron de las mayores preferencias al interior del Frente Amplio por México para competir eventualmente en 2024, provocando que reconocidas figuras masculinas no tuvieran posibilidades mayores de obtener las simpatías. Para muchos incluso, el proceso que vive la coalición opositora ha resultado mucho más interesante que la pasarela que vive la expresión en el poder.
Como sea, soy de los que piensa que Xóchitl hace fuerte a Beatriz, y viceversa. Amén de ello, hay varias consideraciones que, políticamente hablando, obligan a continuar observando el proceso muy de cerca, porque en el fondo (y ni tan en el fondo), posiblemente entremos a una vorágine político-electoral cuyo resultado sea la primer mujer presidenta en este país.
Para todos es sabido y aceptado que la irrupción de Xóchitl Gálvez aderezó un panorama gris en el Frente. A ello se suma el carisma de la hidalguense y la propaganda que desde espacios públicos se ha hecho de ella a través de diversos señalamientos; por otro lado, la sorpresiva fortaleza de Beatriz Paredes, su perfil de estadista seria, recia y de carácter, sumada a su amplia hoja de servicio en puestos públicos que le da una experiencia única, ha generado inquietud en algunas expresiones de la coalición debido a su creciente preferencia en determinados círculos.
Llamó la atención en la semana el desempeño de ambas en los foros convocados por el Frente porque, si bien ambas coinciden en muchos puntos de lo que se definirían como fallas del gobierno actual, también ha sido claro que ambas aspirantes cuentan con ideas, criterios, experiencias y visiones distintas. Lo interesante es que las particularidades que las diferencian con claridad no son cosas que las dividan.
Y es en ese sentido lo que viene en los próximos días, pues será clave para el futuro del Frente. Hemos de ver que ambas aspirantes, equipos, simpatizantes y partidos, echarán la carne al asador para dar cuenta de una ganadora que invariablemente necesitará de la otra para enfrentar la batalla electoral del 2024.
Si bien se han señalado algunas debilidades y puntos vulnerables de ambas, lo cierto es que existe un momento actual en el que la apreciación de Paredes como mujer de Estado se equilibra en muchos sentidos con la efervescencia mediática por Gálvez. La sal y la pimienta que aderezan el alimento electoral.
En los últimos días, expresiones políticas como el Partido de la Revolución Democrática (PRD) o algunos militantes del Partido Acción Nacional (PAN) han expresado que la ex funcionaria en el gobierno de Vicente Fox es quien tiene más simpatías y por ello debe ser la elegida; en general, son insistencias para que la ex presidenta de la Cámara de Diputados y ex presidenta del PRI, Beatriz Paredes, decline en favor de la ex delegada en Miguel Hidalgo.
Pero sabemos que eso no sucederá, porque el otro lado de la moneda es la apuesta de muchas personas no a la popularidad dicharachera de Beatriz, sino a su capacidad de interlocución, negociación, entendimiento y acuerdo, donde se equilibren muchísimas expresiones sociales y no solamente las partidistas, para desarrollar una verdadera coalición opositora. Muchos se imaginan que con ella capitaneando el barco de la oposición, las alarmas de preocupación en la cera de enfrente realmente se encienden, porque “Beatriz sí le sabe”.
Como sea, me parece que ni una ni a otra debe declinar. Es un error garrafal tratar de menguar así la competencia. Ni a Beatriz le sirve que Xóchitl decline en su favor, ni a Gálvez que Paredes pudiera hacer lo mismo.
Los mexicanos merecemos que ellas lleguen hasta el final de la contienda, con el resultado que elija a alguna de manera abierta, transparente, legal y legítima. No nos merecemos declinaciones burdas en esta altura del proceso.
Las circunstancias se pusieron para que integrantes del Frente y simpatizantes de esa expresión opositora al régimen oficialista, tengan que elegir entre esas dos alternativas.
Me uno a muchísimos mexicanos que claman por candidat@s preparados, competitivos, con sensibilidad política, con talento gubernamental y que verdaderamente compartan la esencia de la vida demócrata. Por eso deben llegar hasta lo último, y después, apoyarse una a la otra, con equilibrios y entendimientos.