Marcelo Ebrard condenó hoy desde Guadalajara los presuntos acarreos masivos a los cierres de otras corcholatas, pero insistió en que Morena y Mario Delgado se hacen de la vista gorda.
Previo a su asamblea de cierre, Ebrard aseguró que a la dirigencia guinda le siguen lloviendo sus denuncias por prácticas ilegales.
«El que tiene que investigar, acreditar y resolver es Morena. Por eso se le entregó el presidente del Consejo General, que es Alfonso Durazo, todo lo que hemos visto, lo que nos preocupa y no nos gusta», recalcó.
Cuestionado sobre situaciones en Estados del Occidente, el ex Canciller respondió no recuerda casos particulares en Jalisco o Colima donde se involucren los Poderes Ejecutivos.
Pese a su insistencia en quejarse, reiteró inconformidad contra el líder nacional morenista, Mario Delgado.
«El dirigente del partido vive en ‘fantasy land’ () Esto que estamos viendo, estos acarreos impresionantes, ese derroche, pues claro que no nos gusta», manifestó.
A unos días de aplicarse la encuesta que definirá al coordinador de los comités de la defensa de la 4T, Ebrard no cambió de postura: es un juego de dos, Claudia Sheinbaum y él.
«La diferencia sustancial es: Claudia cree que ya llegamos a un destino y hay que defenderlo; su servidor sostiene que ya construimos un cimiento y hay que hacer mucho más», expresó.
Marcelo se dirige en estos momentos a su evento de cierre.
Ve a MC presionado, no como esquirol
En medio del cisma dentro de Movimiento Ciudadano (MC) con Jalisco como epicentro, la postura de Marcelo Ebrard coincidió con la del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
La corcholata morenista observó presiones desde el Frente Amplio por México para unírseles.
«Por supuesto que va a haber mucha presión para que integren al Frente Opositor, para nadie es un secreto», dijo.
Opinó que, de ir solos por la Presidencia, no fungirían los naranjas como esquiroles de Morena.
Maggie Urzúa
Agencia Reforma