La anarquía es el orden
No existe nada más liberador, de la aterrada alma, sobre todo en estos años de muchos balazos y más ideológicos bandazos, que revisar los diarios y leer declaraciones cada día más aterradoras, como saber que la #SeñoraX(elatinas) hace campaña en su bicicleta (casco incluido) haciendo el peor de los ridículos (que para ella y sus seguidores es lo más cool que se haya visto en el rancho) mientras pedalea junto a algunos fifís en traje. Y su discurso en redes (no podría ser otra cosa) cada vez más abstracto, dirigido a un público inexistente. Señora #MachinzaVa, cámbiele el chip para hacer más interesante este proceso, que se vea que en la derecha hay neuronas. Después de escucharla a algunos les parece más interesante lo que dicen los ideólogos del PRD. ¡Uyyyyyyy qué miedo!
Entré a revisar las redes sociales y me salí en chinga. De verdad que nivel tan jodido; tan luego escuché a Pedro Ferriz de Con, apagué el celular. Creo que después de que salieron las primeras palabras de la boca (u hocico, lo que quieran) del seudo periodista, pensé en exorcizar mi aparato de comunicación. ¿Por qué la derecha y sus voceros no tienen una mayor capacidad para debatir los grandes problemas nacionales y del conocimiento? Y si sigues revisando las redes te encuentras con otro tipo de narrativas, igual o peores. Ahora resulta que el país no se ha caído a pedazos, gracias al gran talento que existe en las instituciones burguesas (INAI, INE, etc.). ¿De verdad?
Benito Juárez tuvo conocimiento de los primeros escritos de un joven europeo llamado Karl Marx. Un amigo que recién llegaba de Alemania le había regalado a Juárez un escrito titulado “Reflexiones de un adolescente que elige una profesión”. Al benemérito le pareció un ensayo interesante, sobre todo porque se trataba de una serie de reflexiones sobre la filosofía, la sociedad y la ideología. Pensó en lo importante que sería que los estudiantes de nivel superior leyeran ese pequeño ensayo. También pensó en lo interesante que sería conocer personalmente al joven Karl Marx. “Me gustaría conocer su opinión sobre México”, concluyó. Casi al final de su vida, Juárez supo de la insurrección conocida como la “Comuna de París” y la responsabilidad que Bismarck atribuía a Marx en esos hechos. “Nos faltó conducción ideológica, no todo era contra la Iglesia”, dijo Juárez a su esposa días antes de morir.
No se le puede exigir a nuestros héroes lo que no eran capaces de ofrecer. Ahí tienen los cuestionamientos de algunos “historiadores” que ubican a Doroteo Arango, alias Francisco Villa, como un “vándalo” quien nunca dejó de ser “un asesino, un bárbaro violador de mujeres, un sanguinario bandido, un despiadado criminal que asaltaba, ultrajaba y fusilaba a civiles indefensos” (Francisco Martín Moreno, columna Villa El Vándalo, Reforma 25 de julio 2023). Nada más le faltó decir al columnista que a diferencia de Villa, Porfirio Díaz era una blanca palomita, que Madero y Carranza eran un dechado de honradez y prudencia y que Victoriano Huerta solo tomaba para calmar los nervios.
Incluso, entre líneas, propone (a la derecha si gana con su corcholata la #SeñoraX(elatinas) que sea retirado el nombre de Villa de la Cámara de Diputados (a lo mejor no le dijeron al columnista que sus compañeros de fracción ideológica -la derechota pues- votaron para que se pusiera el nombre en dicho recinto). Eso pasa cuando se leen las biografías en los cómics de los años 60 del siglo pasado, cuando se deja de leer y se cae en el conformismo religioso (a lo mejor piensa que se verían mejor en la Cámara, el nombre de los mártires cristeros).
La derecha no duerme. Sigue viendo la TV y escuchando a Loret y Brozo. Así, están jodidos.