CDMX. Cada cuatro años, especialistas en vida marina se reúnen en el Golfo de California para realizar el monitoreo científico más exhaustivo de sus arrecifes rocosos.
Este año, a lo largo de 30 días, un equipo de 18 expertos sumará más de mil 500 horas de buceo desde Cabo San Lucas hasta la grandes islas mientras visitan más de 120 arrecifes, informó el Centro para la Biodiversidad Marina y la Conservación (CBMC).
En 1998 nació el Programa de Monitoreo de Arrecifes Rocosos, que en 25 años de existencia ha conseguido supervisar más de 600 arrecifes. Ahí se han contado y medido cerca de tres millones de individuos correspondientes a alrededor de 800 especies.
Con los datos recopilados fue posible proponer 15 regiones prioritarias para conservarlas, entre ellas el Parque Nacional Cabo Pulmo, donde el programa mostró que en 10 años de protección se recuperó el 463 por ciento de biomasa de peces, de acuerdo con Octavio Aburto, profesor del Instituto Scripps de Oceanografía, ubicado en San Diego, California.
Sin esta iniciativa no hubiera sido posible mostrar que el sur del Golfo de California se está tropicalizando, agregó el investigador: peces que al inicio de la década de 2010 se encontraban en Cabo San Lucas con el paso de los años se movieron a arrecifes rocosos cada vez más al norte como consecuencia del calentamiento de las aguas, señala una publicación de Mares Mexicanos. Quiere decir que las especies tropicales cada vez se observan más hacia el norte.
A decir de Aburto, algunos hallazgos del programa son desafortunados, como que la mayoría de arrecifes se han degradado, perdido biodiversidad y productividad. Asimismo, el hecho de que muy pocos lugares están resistiendo al cambio climático.
«Es por eso que hoy no solamente nos proponemos mantener el programa y mostrar la ciencia, sino que queremos hacer el esfuerzo necesario para involucrar a las comunidades (y) a los tomadores de decisiones para que juntos pudiéramos tener los mismos resultados que se muestran en Cabo Pulmo, pero en las otras 14 regiones que aún están pendientes», indicó en un comunicado.
Otras instituciones involucradas en el proyecto son la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) y la Universidad de Arizona.
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