ZACATECAS. Este domingo las calles del Centro Histórico se pintaron de rojo, negro y blanco con el desfile de la Cofradía de San Juan Bautista para conmemorar el aniversario 199 de las Morismas de Bracho, con la participación de al menos 27 mil personas.
Un día que para muchos fue de fiesta, fue también de reflexión para aquellos que dieron gracias a San Juan Bautista en cumplimiento de sus mandas.
Óscar, Rueni, Casandra y César fueron algunas de las personas que recorrieron, desde el puente de Bracho, hasta las principales calles del centro de la ciudad de rodillas, y de regreso a la capilla.
Rueni Rodríguez agradeció por la salud de su sobrino, explicó que las morismas de Bracho “son una tradición de toda la vida” para su familia; sin embargo, es la primera vez que ella participa.
EL DOLOR NO ES OBSTÁCULO
Casandra, de 21 años, cumplió la manda por su padre, a quien mantuvo en sus plegarias cuando fue operado de dos hernias, “pero gracias a dios se recuperó y todo salió bien”.
Con todo el peso y el dolor sobre sus rodillas expresó que logró su cometido gracias a San Juan Bautista, pues con él está su fe y su devoción.
Óscar Urenda de tan solo 16 años, pidió por la salud de su madre, mientras que César lo hizo por la recuperación de su esposa.
Con un evidente dolor reflejado en sus rostros y provocado por el largo recorrido que hicieron, los cuatro devotos llegaron hasta la capilla de Bracho, agradecidos con su santo por los favores recibidos, para disfrutar de una fiesta que trasciende generación tras generación.