ZACATECAS. La depresión infantil aumentó considerablemente después de la pandemia, porque la vida de los menores cambió repentinamente, informó la coordinadora del área de Investigación y posgrado de la Unidad Académica de Psicología de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Rosario Martínez Flores.
Detalló que como parte de los duelos de los menores durante la contingencia, al no tener la posibilidad de despedirse de sus seres queridos, la forma de asumir la pérdida complicó la manera de aceptar las cosas, lo que generó una incertidumbre y cambió la forma de pensar y de demostrar sentimientos, que como sociedad no pueden ser detectadas tan fácil.
Puntualizó que en el contexto social, en el que los menores se desenvuelven, no saben cómo controlar sus emociones y en ocasiones el comportamiento violento, retraído o feliz es un choque que no se le toma importancia.
Lo anterior, porque al ser niños no se le pone atención a sus necesidades y se menosprecia, porque los adultos consideran que no saben lo que quieren.
LA VIOLENCIA LOS MARCA
Martínez Flores refirió que también la situación de violencia que se vive en el país, en la que los infantes son testigos de acciones violentas que marcan su vida, al atestiguar secuestros, asesinatos o simplemente observar actos de la delincuencia, provoca que los hechos sean replicados con el bullying.
Agregó que todas las acciones en las que el menor sufre una pérdida las consideran como una agresión, lo que provoca que responda de forma violenta, por tal motivo, es importante empezar a atender esas demandas porque también la condición de no querer atender en casa ni en la escuela, complica la psicología del niño.
Expuso que otra de las causas principales de la depresión infantil y suicidios es la violencia sexual, que continúa en aumento, y es compleja de determinar en niños porque hay temor de acusar a su abusador y el comportamiento violento solo puede ser el reflejo a una condición de defensa.