Tecnología y seguridad alimentaria
Si ninguna vez tu mamá batalló contigo para que te alimentaras, definitivamente no tuviste infancia. “Ya quisieran muchos niños en el mundo, poder comer al menos la mitad de lo que tú tienes ahora en ese plato”, era la típica frase con la cual nos hacían recapacitar nuestras madres, acerca de lo mal que nos estábamos comportando al pretender desperdiciar la comida.
Y es que, un tema elemental que determina en buena medida los niveles de prosperidad en un país, es el relacionado con la seguridad y soberanía alimentarias, sin perder de vista que el acceso a la alimentación, es un derecho humano universal y que a lo largo de nuestra historia, ha formado parte de una agenda mundial cuyo objetivo es erradicar las crisis cada vez más recurrentes que se suscitan en todo el mundo en esta materia, mismas que, recientemente como producto de la pandemia por la COVID-19 se han intensificado.
Con base en datos que dio a conocer El País en una publicación de julio de 2023, se estima que en 2022 cerca de 258 millones de personas enfrentaron inseguridad alimentaria aguda, la cifra más alta registrada desde 2017, año en el cual el Informe Mundial sobre Crisis Alimentarias comenzó a publicar datos. (Fakhiri, et al., 2023)
Pero ¿a qué nos referimos con la seguridad alimentaria? Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a nivel de individuo, hogar, nación y global, se consigue cuando las personas en todo momento tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana. (Cumbre Mundial de Alimentación de 1996).
Por el contrario, la inseguridad alimentaria implica insuficiente ingestión de alimentos, que puede ser transitoria (cuando ocurre en épocas de crisis), estacional o crónica (cuando sucede de continuo). (FAO, 1996)
Para 2050, la FAO calcula que necesitaremos producir un 60% más de alimentos para satisfacer las necesidades de una población mundial de casi 10 mil millones de personas. Incluso si alcanzamos esa cifra, 300 millones de personas seguirán luchando contra la escasez de alimentos. (Baruchi, 2023)
La Agenda 2023 establece en su objetivo 2: Hambre Cero, poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria, la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible. (www.sdgfund.org)
En este objetivo se encuentran diversas vertientes sobre las cuales se pretende trabajar para lograr erradicar el hambre, una de ellas está relacionada con la tecnología aplicada a los procesos agrícolas.
¿Cómo contribuye la tecnología para lograr la seguridad alimentaria? Como es sabido por todos nosotros, si existe un proceso que está altamente regulado, ese es el de la producción de alimentos, diversas normas oficiales y otros estándares deben ser considerados para que esos bienes lleguen a nuestra mesa.
Entonces, la tecnología de medición en la industria de alimentos, permite amplias conexiones usando sensores acoplados o electrónica compacta. La cual puede proporcionar datos en tiempo real para monitorear y controlar procesos como: maduración de alimentos, procesos secos, calentamiento o enfriamiento, procesos de ingredientes de alimentos. (García, 2023)
En 2023, algunas de las tendencias que vienen a sumarse a la producción eficiente de alimentos, se relacionan con las herramientas digitales basadas en inteligencia artificial, utilizadas en la medición de los niveles de nutrientes del suelo, supervisión del riego, uso de imágenes de drones para cartografiar y estimar la presencia de enfermedades; otra es la agricultura de precisión, que aprovecha los sistemas tecnológicos inteligentes y conectados para mejorar los resultados de los agricultores; una más es poner en el centro a la sostenibilidad, para lo cual es fundamental que los agricultores comprendan rápidamente el impacto de las nuevas tecnologías o prácticas de producción en el suministro y la calidad de las materias primas para impulsar un cambio rentable y sostenible. (Baruchi, 2023)
Si bien existen retos monumentales a escala global para erradicar la inseguridad y pobreza alimentaria, puede pensarse en las nuevas tecnologías como un aliado que contribuya en este propósito, particularmente en un contexto en el cual el cambio climático impone desafíos cada vez más significativos a los agricultores.