FRESNILLO. Sin tener raza ni un nombramiento oficial de la Guardia Nacional (GN), Mayra es una perrita que desde hace más de un año forma parte de la corporación o por lo menos siempre acompaña a los oficiales en todo momento.
Ya sea para ir a alguna comisión, atención de un reporte o en cualquier viaje, la perrita mestiza de rottweiler y pastor alemán siempre se sube a las unidades y, como si hubiera tenido entrenamiento, actúa como un binomio oficial de la GN.
Leo, uno de los elementos de la corporación y quien fue compañero de Mayra este fin de semana que les tocó salir a trabajar, detalló que desde 2022 llegó el animalito al campamento, ubicado en la salida a Zacatecas cerca del fraccionamiento San Carlos.
La perrita estaba flaca y con muestras de maltrato; sin embargo, al poco tiempo se repuso por completo y se ganó el cariño de los uniformados, quienes desde ese entonces no han dejado de cuidarla.
Además de lo bien portada que es, al poco tiempo de permanecer y convivir con el personal de la GN, comenzó a patrullar las calles y comunidades del municipio.
Algunos elementos relataron que siempre que abren la batea de una de las camionetas, la perrita se sube sin importar a dónde la lleven.
TAREA MIGRANTE
Al igual que los guardias, la perrita se pone atenta desde la madrugada, pues estira sus patas y meneando la cola entre el personal para que la acaricien, se alista y aborda las unidades. “No importa con quién, ella siempre nos acompaña”, mencionó una oficial de la GN.
Detalló que este fin de semana les asignaron la tarea de salvaguardar la integridad de miles de migrantes que quedaron varados en vagones de un tren en la comunidad Miguel Hidalgo de Ojuelos, por lo que en cuanto se alistaban para trasladarse, Mayra ya estaba en la batea de una de las camionetas que recién encendían su motor.
Los uniformados relataron que, antes de la comisión, la bañaron por lo que iba impecable a cumplir con su deber el acompañar a los oficiales.
Al llegar, la presencia de tantas personas la tenía nerviosa y no quería bajar, cosa inusual en ella, relató una oficial de la GN, pero bastaron algunos minutos para que saliera debajo de las bancas de las camionetas y se pusiera en acción.
Durante varias horas, los oficiales caminaron entre los vagones con los migrantes, así como en los perímetros vigilando y Mayra no dejó de acompañarlos en ningún momento.