PACHUCA. Siempre he dicho que todas las tardes de toros son únicas, irrepetibles, y especiales, pero en honor a la verdad, la tarde de este sábado en la Plaza de Toros Vicente Segura, de Pachuca, tuvo muchos elementos para convertirla en histórica.
Fue un esfuerzo muy grande por parte de la empresa Feria Toro, a través del trabajo arduo de José Luis Alatorre y Othón Ortega, por montar festejos en esta plaza, persistir y resistir, fue la apuesta de inicio.
A lo largo de estos años muchas de las ocasiones la respuesta de la afición no fue la esperada, pero hoy, el tiempo hizo justicia.
Al clamor del nombre de Pablo Hermoso de Mendoza, la afición se desbordó, y registró un pletórico hasta la bandera, abarrotado, con gente de pie sobre los pasillos.
Una entrada digna de cualquier postal aérea, y digna de una empresa que puso todo el corazón y la pasión.
Cuántos elementos reunidos en una sola tarde, el adiós de un grande del rejoneo, la presentación en México tras su temporada europea para Joselito Adame, y la presencia de un incansable Calita que sigue firmando una de sus mejores temporadas.
El encierro de Boquilla del Carmen con dos ejemplares buenos, siendo el tercero, extraordinario, al que el torero mexiquense le cuajó una gran faena que por la espalda no alcanzó el corte de los trofeos.
La grandeza de Pablo Hermoso
En medio de un ambiente que solo se siente en las plazas que lucen estos llenos, donde todo se siente con más intensidad, a flor de piel, Pablo Hermoso se despidió con grandeza, ante un toro de Bernaldo de Quirós al que le cortó una oreja.
Las notas nostálgicas de las golondrinas y una vuelta al ruedo que perdurará en la memoria de uno de los más grandes del rejoneo mundial.
Revolucionario de 454 kilos, de Boquilla del Carmen, el abre plaza de la tarde, un ejemplar excelso que comulgó con el toreo a caballo de Pablo Hermoso de Mendoza.
El toro alegre desde salida, al que templó la naturalidad de Hermoso de Mendoza que hoy dio una tarde llena de magisterio.
Un público cautivo a su nombre se rindió ante la pulcritud, siempre de frente, en el ruedo como en la vida, y así, fue espectacular, en cada uno de los encuentros, en la doma perfecta del tiempo perfecto.
Capacidad, inteligencia, torería, suficiencia y dominio de los espacios y del tiempo que reduce a la mínima expresión, lo llevaron a consumar una de sus grandes y rotundas obras.
Un carrusel perfecto en los adornos finales de una faena impecable a la que se rindió un público que abarrotó la plaza para verle. Sin dejarse nada, apostó por un par a dos manos. No pudo coronar con el rejón de muerte, para ser ovacionado.
El clamoroso triunfo
de Joselito Adame
El segundo, Reloj de 479 kilos, un toro serio para Joselito Adame pero que tuvo muy poco. Complicado, metiéndose con mucho peligro, se metía por dentro, pegando los arreones, con la cabeza arriba, y así resultó muy complicado.
Lo mejor llegó para Joselito Adame con su segundo, el quinto de la tarde, se impuso a lo que Cumplido, de Boquilla del Carmen, ofreció.
Mostró su gran nivel en una faena poderosa, de pasajes de gran valor y pundonor que rubricó de buena estocada para cortar dos orejas.
El gran nivel
de El Calita
El tercero, Corre Curas, para Ernesto Javier El Calita, que con largas cambiadas de rodillas recibió al de Boquilla del Carmen.
La inspiración brotó desde las primeras notas con el capote y con la muleta la faena fue tomando forma y fondo, el del buen toreo, el de la claridad de ideas.
Un toro con clase y nobleza que llevó a la dimensión y grandeza de El Calita, que puso el temple, la naturalidad, que virtuoso fue el pitón derecho que le dio paso a la hondura, a las notas altas, al sentir y hacer sentir.
Inconmensurable, la rotunda faena firmada por la inspiración de Ernesto Javier El Calita ante el gran toro del hierro zacatecano, que permitió que se desbordaran las emociones en una faena que se malogró con la espada. Palmas al ejemplar en el arrastre. Ovación al torero tras un aviso.
El sexto fue complicado, y por ello apostó por regalar un sobrero donde de nueva cuenta lo puso todo, el pundonor y la entrega, faena temeraria en la cercanía de las tablas, pero una vez más la espada no le permitió tocar pelo.