Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos
De manera paralela al sistema universal de protección de derechos humanos, en varias regiones del mundo comenzaron también a configurarse mecanismos para la protección de los derechos humanos, que buscan a través de ambos lograr una protección más eficaz para las víctimas de violaciones a derechos humanos.
Ejemplo de ello es el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que surge en el seno de la Organización de los Estados Americanos. Sistema que se considera como precedente vital para el sistema universal.
En un principio, al igual que el sistema universal, el Sistema Interamericano era de tipo declarativo, ya que se concretaba a impulsar que los Estados reconocieran y respetaran los derechos humanos por medio de la Declaración Americana de los Derechos y los Deberes del Hombre; sin embargo, carecía de órganos o mecanismos de protección para ello.
No obstante, los contextos de guerra y dictaduras que se vivían en el continente tuvieron como efecto que los Estados impulsaran la creación de órganos destinados a la protección de los derechos humanos, y a la implementación de los preceptos establecidos en la Declaración, hasta que se logró la adopción de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Así, en 1959 se crea la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, centrada en funciones de promoción y protección de derechos humanos, la cual carecía de competencia para tramitar quejas individuales.
Sin embargo, en 1965, dado su dinamismo, sus funciones se ampliaron, facultándola para ello, a través del Protocolo de Río de Janeiro. Posteriormente, en 1967, se dio a la Comisión el carácter de órgano de la OEA, a través del Protocolo de Buenos Aires, en cuyo artículo 145 se estableció que, en tanto no entrara en vigor la Convención Americana sobre derechos humanos, la Comisión Interamericana sería la encargada de velar por la observancia de tales derechos.
En ese contexto, la Comisión asumió con seriedad y eficiencia su cometido, dictando medidas cautelares, para prevenir la consumación de violaciones a derechos humanos; realizó visitas in loco para investigar denuncias de presuntas violaciones a derechos humanos; creó relatorías temáticas o especiales, cuyo papel es la vigilancia y fortalecimiento concreto de los derechos humanos, entre otros aspectos.
Posteriormente, en 1969 se adoptó la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que entró en vigor hasta 1978, y que tuvo como consecuencia que el Sistema Interamericano se transformara en un sistema dual. Esto es, que posee dos regímenes distintos.
Por un lado, en cuanto a los derechos protegidos, ya que uno es aplicable a los Estados miembros de la OEA que no hayan ratificado la Convención, y abarca solo los señalados en la Declaración, mientras que, el otro, es para los Estados que sí han ratificado la Convención y que, además, han aceptado la competencia jurisdiccional de la Corte. Asimismo, cuenta con dos órganos y procedimientos de protección.
Es importante precisar que la Corte posee dos competencias, una contenciosa y otra consultiva. En la competencia contenciosa, la Corte analiza una demanda específica, analiza y establece la veracidad de los hechos y decide si éstos constituyen o no una violación a los derechos humanos de la Convención. En la consultiva, por su parte, hará una interpretación del derecho, para emitir una opinión al respecto.
Para el caso específico de México, nuestro país aceptó la competencia contenciosa de la Corte en 1998. A raíz de ello, la Corte ha conocido y emitido diversas sentencias condenatorias al Estado Mexicano, que han impulsado la transformación de nuestro paradigma jurídico. El ejemplo más emblemático de ello es el Caso Radilla Pacheco, en el que se declaró a México culpable de una desaparición forzada por parte de las fuerzas armadas, así como de la falta de investigación y sanción de los responsables por los hechos.
En ella, se abordó el tema del control de la convencionalidad y la necesidad de que México adoptara las medidas necesarias para garantizar su implementación.
El Sistema Interamericano ha cumplido un papel importante al enfrentar graves violaciones a derechos humanos en los países de América, y se ha convertido en un mecanismo para garantizar el acceso a la justicia de todas aquellas víctimas que no fueron escuchadas al interior de sus países. Conocerlo y hacer uso de él no solo contribuirá a su fortalecimiento, sino también a la salvaguarda de los derechos y libertades fundamentales de todas y todos.
Todos los derechos para todas las personas.
*Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas (CDHEZ).