ZACATECAS. Las remesas no se invierten de manera directa, solo se usan para sobrevivir, advirtió Miguel Moctezuma Longoria, investigador de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), luego de que el estado registrara un crecimiento en la llegada de envíos de al menos 6 por ciento en comparación a los primeros tres semestres de 2022.
El académico explicó que se prevé que para este 2023 la entidad recibirá 1 mil 351 millones de dólares (alrededor de 23 mil 655 millones de pesos) para al menos 59 mil familias; sin embargo, no se traducen en una inversión en la economía.
Detalló que estas remesas, a pesar de ser equivalentes al 90 por ciento de lo que Zacatecas recibe del gobierno federal, no se invierten de manera directa, pero influyen en la economía por medio de la industria de la construcción, ya sea para la edificación de una vivienda o la remodelación.
Asimismo, estimulan la compra de enseres domésticos, al igual que los gastos médicos, ejemplo de ello fue la pandemia por la COVID-19.
Argumentó que próximamente se prevé que la población invierta este tipo de recursos en el campo ante la crisis que generó la sequía.
ZACATECAS DEPENDIENTE
Al ser los envíos una cantidad importante que reciben las familias, Miguel Moctezuma consideró que de no recibirse “estaríamos en una situación imposible de imaginar, porque Zacatecas no puede vivir sin las remesas”.
Sin embargo, advirtió que el estado se ha convertido en dependiente de este recurso, comparándose con Guatemala, El Salvador y Honduras. “Quiere decir que el peso que tienen las remesas en la economía es el más alto respecto a su PIB local”, explicó el académico.
Sin embargo, advirtió que esto se traduce en que Zacatecas pierde población de manera permanente, que no ha podido retener al carecer de crecimiento en su economía para que permanezcan.