Zacatecas y la historia del Patrimonio Mundial
En unos días se conmemorará la inscripción del Centro Histórico de Zacatecas a la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad. Su inscripción fue producto de un proceso largo que inició en Europa durante el siglo 20, para meter a la bolsa de los sitios protegidos a aquellos lugares que, por sus características y circunstancias, debían conservarse en beneficio de las generaciones futuras.
En 1972 se celebraba en París una convención con el fin de discutir y proyectar soluciones para la protección de un patrimonio cultural y natural que el vertiginoso crecimiento de la modernidad estaba amenazando. Ciudades cada vez más grandes y modernas parecían no dar cabida a los monumentos o conjuntos arquitectónicos de otros tiempos, ni a las formaciones físicas y biológicas que parecían estorbar.
En varios lugares estaban empujando a la muerte a un patrimonio cultural y natural invaluable para la humanidad. Ante esta preocupación y sin duda, ante el deterioro de algunas piezas de valor único, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), creó un comité internacional de protección para dicho patrimonio al que denominó “Comité del Patrimonio Mundial”.
Como parte de las primeras medidas, se pretendía elaborar un listado de lugares de carácter excepcional en los ámbitos de la historia, del arte (patrimonio cultural) así como aquellos espacios que la naturaleza misma dotó de una singularidad particular para que, además de tener registro de ellos, cada país miembro se hiciese responsable en la identificación, investigación y conservación de ese patrimonio.
Asimismo, se señaló que se crearía una “lista de patrimonio mundial en peligro” en donde se incluirían los bienes cuya salvaguarda estuviera en riesgo, en virtud de llevar a cabo todas las acciones necesarias para su protección.
A partir de ahí, todas las naciones ricas en patrimonios arquitectónicos, históricos y artísticos, compitieron por insertar en esa lista el mayor número de lugares posibles. En 1978 un centro histórico de Latinoamérica obtendría tal honor y desde ese año varios centros urbanos conquistaron el tan anhelado nombramiento.
El Centro Histórico de la ciudad de México se unió a finales de los años 80 (1987) junto con los centros de Puebla y de Oaxaca. La inscripción de la parte histórica de Zacatecas a la lista del Patrimonio Mundial, llegaría seis años después.
Nuestro centro histórico fue reconocido bajo los criterios de evaluación 2 y 4, que en términos generales implican aquellos espacios que contienen ejemplos representativos de un tipo de construcción o conjunto arquitectónico.
En este caso, nuestro centro es reconocido por su arquitectura representativa de los siglos 17 y 18 que, con la caprichosa topografía del sitio y el aparente desorden urbanístico, son característicos de una ciudad colonial minera.
El criterio 2, por su parte, caracteriza un sitio por haber sido escenario histórico de intercambio de influencias. Pero a casi 30 años del nombramiento de nuestra ciudad, habría que hacer un recuento de los beneficios… pero también de los daños.
Si bien es cierto que el título trae consigo muchas ventajas, como las mencionadas líneas arriba, también han acarreado una serie de problemas para los habitantes que las viven a diario. Un sitio Patrimonio Mundial es siempre una utopía que se balancea entre la ciudad ideal para el visitante y la ciudad habitable para los pobladores.
Muchas ciudades patrimonio se han convertido en inhabitables porque dejan de responder a las necesidades actuales de sus pobladores y buscan, por otro lado, el mayor beneficio turístico o económico. En centros históricos como los de Ciudad de México o Puebla, se ha visto un proceso de gentrificación en donde los moradores originales deben desplazarse a zonas menos costosas que el centro histórico ahora convertido en una zona comercial y turística.
En este sentido cabría preguntarse, ¿qué ha sucedido con Zacatecas a 30 años de su nombramiento? Las conmemoraciones son una oportunidad excelente para analizar las perspectivas a futuro y seguramente será punto de reflexión en los próximos días.