TIJUANA. La bella Plaza de Toros Juan Cañedo, ubicada en la ciudad fronteriza de Tijuana, abrió sus puertas la tarde de este martes para celebrar el Festival Taurino en honor al reconocido empresario Jorge Hank Rhon, quien celebró su cumpleaños 68.
En este exitoso festival actuaron el matador de toros español Vicente Bejarano y los rejoneadores Jorge Hernández Gárate y Alejandro Amaya, hijo de Hank Rhon.
A esta celebración llena de fiesta brava también se unieron el ganadero Diego Passanha y el rejoneador portugués Paco Velásquez, además de Los Forcados Amadores de México.
ACTIVIDAD EN EL RUEDO
Abrió plaza el matador de toros español Vicente Bejarano. El brindis fue a Jorge Hank Rohn, para comenzar doblándose su faena con el toro que apuntó calidad.
Por el derecho le permitió construir buenos pasajes, probando también por el izquierdo con trazo largo. Continuó su faena por la senda derechista, sintiendo con temple y verdad para cuajar series de gran lucimiento. El novillo tuvo mucha calidad, fue noble, con codicia y nobleza. Certero con la espada, cortó dos orejas.
El segundo de la tarde, del hierro de Teófilo Gómez, para el rejoneador Jorge Hernández Gárate, que se rodó con mando y torería al recibir al ejemplar, pasando con dos rejones de castigo.
Toreó por colleras con el ganadero y rejoneador portugués Diego Passanha, que se lució de gran manera con las banderillas.
El potosino, con verdad y mando, acompañado de Tin Tan, una de las estrellas de su cuadra, disfrutó de los pasajes, siempre de frente, con mucha clase, batiéndose para dejar en todo lo alto las banderillas.
Los adornos finales con rosas para culminar su labor. Antes de tomar el rejón de muerte se lastimó la mano derecha, por lo que le costó la Suerte Suprema. Aun así, tras petición cortó dos orejas y compartió la vuelta al ruedo con el Forcado Carlos Tirado y el ganadero portugués Diego Passanha.
GRAN CIERRE
El tercero también procedió de la ganadería de Cerro Viejo, correspondiente al rejoneador Alejandro Amaya, quien una vez más expresó con naturalidad y clase su toreo, el cite de frente, con espectacularidad en las batidas y las banderillas en todo lo alto.
La clase y maestría manifiestos cuando los cites fueron de frente para dimensionar su nivel, con el sentimiento y dominio a flor de piel.
Amaya compartió el ruedo con el rejoneador portugués Paco Velásquez, quien también dejó en claro su gran nivel, sobresaliendo con las banderillas a dos manos, haciendo además gala de su estupenda doma al torear de costado.
A Alejandro Amaya, su caballo Xarope, le acompañó al final en un cierre con gran espectacularidad; cortó dos orejas.