ZACATECAS. Los senderos, las montañas y las carreras de ruta han formado parte de la vida deportiva del zacatecano Jesús Luna Cervantes, mejor conocido como El Tío, quien se convirtió en el guardián de los Salvajes de la Pradera.
Con una mirada sigilosa, acechando siempre sus alrededores y cuidando que ningún senderista se quede atrás del recorrido, El Tío es el encargado de mantener el orden, la seriedad y la experiencia durante las rutas salvajes.
Con su bastón, botas y una mochila llena de enseñanzas es como se prepara Jesús Luna, quien a sus 71 años de edad sigue asistiendo cada domingo a las demandantes rutas.
Durante cada recorrido, El Tío comparte un poco de su historia y su incursión en el deporte, la cual proviene de un error clínico luego de ser diagnosticado con Bradicardia, una afección que produce alteración del ritmo cardiaco.
“Me decían que mi corazón latía muy lento, pero era porque tengo un corazón fuerte y sano, porque los hombre que trabajan en el campo y en la construcción tienden a fortalecer ese órgano por lo pesado que son esos trabajos”.
Después de recibir su diagnóstico El Tío inició con su vida deportiva a sus 45 años de edad, comenzando con el atletismo en las famosas carreras de ruta con distancias de cinco y 10 kilómetros.
“El problema de las carrera es que una vez que inicias ya no puedes parar”, resaltó. El Tío recibió la invitación de participar en su primer medio maratón en la ciudad de Guadalajara.
Ya con el amor por correr en distancias largas, su pasión por hacer deporte le trajo un nuevo reto, las carreras de montaña, una disciplina que requiere años de entrenamiento y preparación física y mental.
En su primera incursión en el montañismo El Tío vivió su momento más complicado en su carrera deportiva, luego de pasar por vómitos y mareos en el Real Reto de 42 kilómetros en San Luis Potosí.
“Ahí entendí lo que es toparse con pared, pero en lugar de pared fue una montaña, ahí avientas hasta lo que no te comiste en toda tu vida”.
Con su primera cima conquistada, El Tío comenzó toda una trayectoria en el montañismo aventurándose en los retos más importantes de México, para ganar experiencia y un amor único por la naturaleza.
Para Jesús Luna la vida en las montañas cambió por completo su vida, sin embargo con la llegada de la pandemia tuvo que parar con su apasionante deporte en el que llevaba ya 10 años practicando.
El Tío buscó una alternativa en la cual se pudiera adaptar de manera inmediata para mantenerse activo, teniendo así su primer acercamiento con el grupo de senderismo, Salvajes de la Pradera.
“Ya con mi edad me pesaba estar en carreras de ruta o estar en las montañas, y me dijeron de este grupito y me hicieron el favor de acogerme y ahora les digo que soy la mascota del grupo porque todo mundo me ubica”.
Como un lobo cuidando a su mandada, El Tío se mantiene al fondo del contingente de senderistas, guiando a los más jóvenes y compartiendo sus experiencias para demostrar que es un verdadero Salvaje de la Pradera.