MÉXICO. La tradicional corrida de Año Nuevo, en honor al Señor de la Preciosa Sangre de Cristo, se celebró esta tarde de agradable clima en la plaza de toros La Guadalupana, donde se presentaron y triunfaron el estellés Pablo Hermoso de Mendoza, en su adiós de esta plaza, y los de a pie, Uriel Moreno El Zapata y Francisco Martínez. Al final, los tres fueron paseados a hombros.
Se lidiaron dos toros de la dehesa de Javier Garfias para rejones, siendo el primero de buen son y bravo, a pesar de lesionarse; y el segundo, bueno.
Además, salieron cinco de la ganadería de Los Cues, para la lidia a pie, yendo el primero de más a menos y sin mucha trasmisión; en tanto el segundo tuvo poca fuerza.
El tercero fue noble, con calidad, pero falto de fuerza; el cuarto salió de toriles lesionado de la pata derecha y fue cambiado, aunque al tardarse en regresar a los corrales, la autoridad le permitió a Francisco Martínez estoquearlo.
Así que, como reserva, salió otro ejemplar de la misma dehesa titular de Los Cues, no siendo fácil, si bien fue deslucido.
Una oreja para Hermoso
El astado que abrió plaza, Cominito, fue de buen son y bravo. El caballero en plaza, Pablo Hermoso, colocó un rejón de castigo y al rematar el burel en un burladero se lastimó, pero así siguió lidiándolo.
Le puso otro fierro. Lució por momentos al dejar banderillas a una mano y al cambio, aunque algunas de ellas no fueron clavadas de manera correcta.
El trasteo fue entre altibajos, templó a la grupa sobre medio redondel y, al final, dejó palos cortos. Acabó de estocada en buen sitio para que se le concediera una benévola oreja.
Ovación para El Zapata
A pie, el tlaxcalteca Uriel Moreno se enfrentó a su primero, que fue de más a menos y sin mucha trasmisión. Empezó al hilo de las tablas con un farol de rodillas, y ya de pie, lanceó bien a la verónica y quitó mejor, de manera vistosa, por navarras.
El segundo tercio lo cubrió invitando a su alternante Francisco Martínez para hacerse ovacionar. Con la muleta, El Zapata realizó una faena con el sello de la casa, sobresaliendo algunos detalles, pero ahí estuvo el torero más que dispuesto. Acabó de estocada tendida y descabello para ser ovacionado.
El fallo de la espada
Francisco Martínez recibió a su primero, falto de fuerza, con una larga cambiada de hinojos, cerrando en tablas y, ya incorporado, veroniqueó con empeño, lo mismo que en un quite por gaoneras, siempre dispuesto el espada.
Se hizo cargo del tercio de banderillas regresando la cortesía a El Zapata, para hacerse ovacionar por su notable esfuerzo.
Con la sarga, tras brindarle al destacado joven rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza, Francisco estuvo buscando cuadrar la faena de cualquier forma, pero pudo más la debilidad del burel. Al final, falló con la espada y tuvo silencio tras recibir un aviso.
Acertadas corridas
En su segundo, Mecenas, el del adiós de este público, Hermoso de Mendoza dejó dos rejones de castigo. Luego, acortó distancias templando a la grupa. Colocó garapullos al cambio, luciendo, sobre todo, al montar a Malbec, realizando balotadas y metiendo a la gente en la faena.
Concluyó poniendo palos cortos y otro par de largas a dos manos. Dejó el rejón mortal con acierto para hacerse de dos apéndices y dar la vuelta al ruedo envuelto en las notas musicales de las melancólicas “golondrinas”.
El Zapata en su segundo, Notario, noble, con calidad, pero al que le faltó fuerza, inició con un lance personal para después veroniquear con esmero.
Se hizo ovacionar al colocar rehiletes, destacando dos pares al violín. Con la pañosa, se vio pleno de entrega, haciendo todo el esfuerzo el torero, logrando pases a su estilo y finalizando de certera estocada para cortar dos orejas de mucho mérito, a pesar de actuar enfermo.
La ambición del torero
El ejemplar que cerraría el festejo salió de toriles lesionado de la pata derecha, por lo que fue cambiado; sin embargo, al tardarse en regresar a los corrales, la autoridad le permitió a Francisco estoquearlo.
Así que, como reserva, salió otro ejemplar de la misma dehesa titular de Los Cues, que no fue fácil, aunque era deslucido. El torero salió a darlo todo, saludándolo con una larga cambiada de rodillas al hilo de las tablas, y ya de pie, lancear con buena voluntad.
Ahí estuvo Francisco, más que esforzado. Cubrió entre aplausos el segundo tercio y, con la franela, ejecutó una faena de mucha entrega, pues en cada muletazo se la tenía que jugar.
Por ello, pudo más la ambición del sanmiguelense y terminó de atinada estocada para ser premiado con dos apéndices.
Al finalizar el festejo, tanto Pablo Hermoso como El Zapata y Francisco Martínez fueron levantados en hombros.
CARTEL
El rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza, en su adiós a esta plaza: una oreja benévola y dos orejas en el de la despedida.
A pie, Uriel Moreno El Zapata, quien actuó enfermo: ovación y dos orejas.
Francisco Martínez: silencio tras un aviso y dos orejas en el sustituto del cuarto.
Al final, Hermoso de Mendoza, El Zapata y Martínez fueron paseados en hombros.
FICHA
- Yuriria, Guanajuato. Pueblo Mágico desde 2012
- Tradicional corrida de Año Nuevo y en honor al Señor de la Preciosa Sangre de Cristo
- Plaza La Guadalupana
- La entrada fue de más de tres cuartos, en tarde de agradable clima.
- Del ganado, dos toros de Javier Garfias para rejones, siendo el primero de buen son y bravo, a pesar de lesionarse; bueno fue el segundo.
- Salieron cinco de Los Cues, para la lidia a pie, yendo el primero de más a menos y sin mucha trasmisión. El segundo tuvo poca fuerza; el tercero fue noble, con calidad, pero falto de fuerza.
El cuarto salió de toriles lesionado de la pata derecha y fue cambiado, pero al tardarse en regresar a los corrales, la autoridad le permitió a Francisco Martínez estoquearlo. Así que, como reserva, salió otro ejemplar de la misma dehesa titular de Los Cues, no siendo fácil, aunque deslucido.