ZACATECAS. Los alebrijes, seres fantásticos y multiformes, llegaron a la capital desde Oaxaca en compañía de la artesana Lucila Díaz Rodríguez, quien en compañía de otros comerciantes se instaló en el corredor comercial ubicado en Plaza de Armas, para ofrecer sus coloridos xolos, colibríes y toros, así como tortugas dragones y búhos.
En dicho lugar podrás encontrar además a otros comerciantes, dedicados a la venta de moles y licores, así como artesanos de juguetes de madera, ropa bordada, joyería, libros y canastos de mimbre, e incluso nieve artesanal.
El llamado del alebrije
Lucila Díaz precisó que viene de una familia que elabora mezcal y bordados en Oaxaca; sin embargo, su imaginación y habilidad la llevaron a decantarse por la creación de alebrijes, para lo cual hay detrás un arduo trabajo.
Al respecto relató que, en compañía de sus colaboradores, se levantan a temprana hora en San Pedro Taviche, municipio oaxaqueño, para recoger la madera de copal, que es muy suave y facilita el trabajo de tallado, para luego llevarla a su taller, Yatzil.
Precisó que en este espacio, cada artista imprime su sello particular, los talla para darles forma y luego los decora, factor imprescindible para que el “alebrije elija a la persona correcta.
“Cuando llegas a la mesa de los alebrijes, el primero que te llama la atención es con el que te estás conectando y ése va a ser tu guía espiritual”, explicó la artesana.