Dile al tiempo
No existe nada más liberador, para la aterrada alma, sobre todo en estos años de muchos balazos y más ideológicos bandazos, que revisar los diarios y leer declaraciones cada día más aterradoras, como saber que, en el ranchote, la historia patria es puro choro mareador donde los sectores más rabiosamente reaccionarios, salen a gritar tonterías a la calle exigiendo respeto a ¡la libertad de expresión!
Digo, ¿no mame-nir Lorenzo Cara Pálida Córdova a la marcha por la democracia? (¿hay o no democracia en México? Ése es el debate, mis teóricos del cheque). Aparecieron personajes siniestros como Claudio Xóchitl González, José Woldenberg y millones de personas que abarrotaron el Zócalo de la Ciudad de México.
Los organizadores de la patriótica marcha, calculan en más de 5 millones de personas las que abarrotaron la plancha de la principal plaza del país, y en cada entidad federativa miles de personas hicieron lo mismo.
Por ejemplo, en Zacatecas se calcula en más de 70 mil los asistentes a la marcha, donde -siguiendo la orientación de la marcha nacional- repitieron las mismas consignas de marchas anteriores (el INE no se toca, el INAI no se toca y los comisionados tienen derecho a gastar la plata de la institución en los Table Dances, en defensa del Poder Judicial, y que los jueces y ministros metan a sus familiares con buenos salarios, etc.), agregando alguna problemática estatal (alto a que el presidente municipal de Zacatecas nos quite nuestra propaganda que viola la ley. PAN).
Los cristeros panuchos marcharon felices cantando La Guadalupana; y acusaron al gobierno de la 4T de violar su derecho a manifestarse (eso es algo que sigo sin entender).
El resto de manifestantes se llevaron su torta y felices marcharon con la despensa que les dio Berrinches Varela. “A ver chairos, nosotros no violamos la ley electoral ni la de monumentos coloniales y zonas típicas; nuestros actos siempre están apegados a la conciencia católica y lo que sucedió se llama la multiplicación de las despensas y las lonas (¡Milagro, milagro, milagro! Gritó el Berrinches, que corrió a decírselo al obispo del rancho).
Pero no todo quedó ahí. El fanatismo de ciertas personas se manifestó en las benditas redes sociales, donde pretendieron justificar la violación a la ley electoral cuando colgaron la foto gacha del Berrinches en Plaza de Armas.
Digo, ¿no mame-nir Xóchitl? Entiendo la gran preocupación de El Berrinches por darse a conocer entre la población de ciudadanos de la capital, donde ni lo pelan, por cierto; entiendo el terror del panismo cristero por posicionarse en la capital y a agarrarse de cualquier clavo ardiendo; pero no mameyes que son papayas.
Desfilan en México exigiendo respeto a la Constitución y las leyes y lo primero que hacen en Zacatecas es violar la ley (sí, estos cristeros siguen siendo doble cara); exigen respeto a sus derechos, pero no respetan los derechos de los zacatecanos que viven en la ciudad capital. ¡Hipócritas!
La lucha político-electoral tiene reglas y los cristeros y aliados siguen sin respetarlas; les vale un comino, y siguen insistiendo en vulnerar las reglas que regulan el proceso comicial, pero se están haciendo acreedores al castigo divino (deben de ir los domingos a la iglesia a pedir perdón por sus pecados electorales y por fementidos, bucéfalos y pinchabombillas).
Ya es tiempo de desenmascarar a estos personajes zascandiles que no generan ningún beneficio ni aportan ideas frescas sobre los grandes problemas del rancho y el ranchote. Son la pésima imitación de Lorenzo Cara Pálida Córdova y José Woldenberg (representantes de la pequeña burguesía reaccionaria que vivieron del erario y lo siguen haciendo). ¡Qué falta nos hacen los Flores Magón, José Revueltas, Othón Salazar, Demetrio Vallejo!
Pero los reaccionarios a cualquier taco le llaman cena y nada más ven a Lorenzo Córdova y se chorrean. ¡Cochinotes! (“Cuando voy al trabajo, pienso en ti!”, Víctor Jara).