JEREZ. Nuevamente las calles del Pueblo Mágico se convirtieron en la cantina más grande del mundo durante este Sábado de Gloria.
Como cada año, en las vialidades del municipio se vio el consumo desmedido y venta excesiva de alcohol desde las primeras horas del día sin importar el lugar.
La desorganización durante la cabalgata y la alta afluencia de personas provocó que a través de las calles adoquinadas fuera imposible circular, además del descontrol y excesiva venta de bebidas embriagantes provocaron una infinidad de conflictos y pleitos entre los asistentes.
A pesar de que fue una de las celebraciones más importantes esperadas del año, turistas que solo acudieron a recorrer el Pueblo Mágico no pudieron hacerlo con tranquilidad debido al miedo de ser pisados o arrollados por los caballos, ya que sus jinetes se encontraban en estado de ebriedad.
Aunque hubo afluencia importante de visitantes de todo el estado, no acudió la misma cantidad de personas que en años anteriores abarrotaron el jardín principal para disfrutar a las distintas bandas que amenazaban el evento.
Incluso en esta ocasión, los músicos disminuyeron de forma significativa.
Pobladores de Jerez de García Salinas tuvieron opiniones divididas por la venta de alcohol y contaminación, la que se reflejó en excremento de caballo y orines.
Además, no aprueban que personas de otros municipios vengan a realizar destrozos y que solo durante esta fecha acuden en grandes masas para embriagarse.