ZACATECAS. Con más de 30 años al servicio de la educación, la maestra Silvia Gallegos Carrillo está convencida de que, desde las aulas, es posible impulsar cambios importantes para formar a niños y jóvenes en el arte, el amor, el respeto y la sana convivencia.
Considerada por quienes la conocen como una mujer solidaria, Silvia destacó por ser una maestra comprometida con su entorno, con su profesión, con su comunidad, con su familia y con sus estudiantes.
Silvia Gallegos Carrillo es originaria de Valparaíso, donde sirvió durante 25 años de su vida a la educación en diferentes centros escolares, impartiendo las materias de Biología, Matemáticas, Inglés, Educación Física y Mecanografía.
Los últimos seis años de su carrera los entregó en escuelas de Guadalupe y Zacatecas como subdirectora y directora. En la actualidad, dirige el rumbo de la escuela secundaria Dr. Salvador Allende, ubicada en Genaro Codina.
A pesar de que sus inicios en la educación fueron como administrativa, Silvia no descansó hasta lograr su sueño de convertirse en maestra, se preparó y lo logró gracias al apoyo de su familia, pero también a la inspiración que sembró en ella una de sus maestras de secundaria, Romelia Hernández Vázquez.
“Se me enchina la piel al hablar de ella, porque era una maestra que nos impulsaba a ser mejores, a prepararnos, a servir a nuestra comunidad, a nuestras familias y a mantener nuestros valores”, refierió.
Orgullosa de ser mujer
Su formación docente la realizó en la Universidad Politécnica Nacional (UPN) y recuerda que, desde aquellos años, ella y sus compañeras luchaban “por la libertad de ser y hacer que nuestro rol como mujeres en la sociedad fuera reconocido y lograra cambios significativos”.
Durante algún tiempo ofreció su servicio en el Instituto de la Mujer en Valparaíso, desde donde pudo ayudar a mujeres a emprender y salir adelante. Silvia se definió como una mujer que lucha por sus derechos, por los de su gremio y los de su género.
“Como mujeres tenemos mucho que hacer, somos hijas, madres, vecinas, comadres, maestras y educadoras, en todos los aspectos de la vida, y tenemos que luchar por hacer que nuestro papel en la sociedad sea respetado y reconocido”.
Desde muy joven fue admiradora de la Madre Teresa de Calcuta, por su humanidad y compromiso con los más necesitados, así como de Frida Kahlo y Juana Gallo, por su fortaleza y determinación, pero admiró a una mujer valparadisense llamada Esther Talamantes, quien fue sufragista zacatecana y pionera del voto femenino en México.
Educar para la Paz
Silvia estimó que hay mucho que hacer desde las escuelas, “como docentes, está en nuestras manos moldear a nuestros estudiantes; somos un pilar muy importante en su desarrollo y en su formación”.
Desde su trinchera, junto con su equipo de trabajo, buscó estrategias desde el aula para formar a los estudiantes como ciudadanos respetuosos y amorosos con su entorno. Luchando día a día por inculcarles valores y que no se pierdan en la delincuencia.
Además, realiza estrategias artísticas, didácticas y lúdicas que coadyuvan a mantener una sana convivencia entre los estudiantes. Con obras de teatro, actividades de expresión oral y escrita, juegos deportivos, debates y conferencias les otorgan las herramientas para que sepan alejarse de sustancias dañinas y de toda acción que atente contra su vida y su integridad.
“Tengo fe, lo he visto a través de los años, no es fácil, pero luchando se logrará; los jóvenes siempre recuerdan los buenos consejos de sus maestros”, concluyó.