AGUASCALIENTES. El Serial Taurino de la Feria Nacional de San Marcos abrió con un destacado triunfo por parte del novillero César Fernández El Quitos que indultó a un extraordinario novillo de la ganadería de Las Huertas, propiedad de Rodrigo Barroso.
Quien sin duda también dejó un grato sabor de boca fue el novillero capitalino Bruno Aloi, que pese a no cortar los trofeos, firmó la clase y la solera con su primero, empaque y torería en una muestra de su talento. Marco Pérez, y los detalles en su lote que gustaron al público, pechó con el lote más complicado.
EL QUITOS RATIFICA SU PASO
Inge de 417 kilos, el abre plaza, de Las Huertas, para César Fernández El Quitos, que jugó de buena manera los brazos en el saludo capotero al recrearse por verónicas. Chicuelinas elegantes en un quite variado firmado por el novillero que fue incluido en este cartel como uno de los triunfadores del Serial Novilleril.
El buen comienzo de faena de El Quitos, que por la derecha ligó una buena primera serie, el novillo, muy pronto, al que había que ganarle la intención, pues de pronto al faltar el toque firme, avisaba con peligro.
Buscó solventar siempre, pero apostó por el izquierdo, y aquí, siempre firme y con poder, arrebató una serie ligada con mucho mando. Persistió hasta encontrar el tranco claro, firmando la mejor serie por el izquierdo, con mucho temple.
Por el derecho al final, muletazos acortando la distancia y un cambio de mano soberbio para cerrar la importante serie. Una pena que fallara con la espada, porque pudo haber tocado pelo. El novillo fue aplaudido en el arrastre. Y el torero también cosechó palmas.
Choche de 396 kilos, número 125, cuarto de la tarde, y segundo del lote de César Fernández, que rivalizó en quites con Bruno Aloi, generando gran interés en el tendido. Brindó su faena al matador de toros español Fernando Robleño, para muy firme comenzar su faena de muleta ante un novillo con calidad y transmisión que le permitió correr la mano. Por derecho, mando y hondura, y por el izquierdo, la naturalidad en series de gran profundidad.
El novillo tuvo además la virtud de la fijeza, obediente al toque, humillando, y dando paso a una faena de abandono total por parte de El Quitos. Ha sido extraordinario el novillo, que finalmente mereció el indulto. Compartió la vuelta al ruedo con el ganadero Rodrigo Barroso.
CLASE INMINENTE DE BRUNO ALOI
Piquitos de 428 kilos, segundo de la tarde, al que Bruno Aloi, toreó con cadencia con el percal, rematando al soltar la punta del capote. La apuesta y verdad de Bruno manifiestas en su quite por caleserinas que desgranó con fuerza la ovación en el tendido.
El inicio no pudo ser firmado con más clase, un Bruno Aloi que piensa a totalidad, y refleja esta eterna quietud. Por alto, un cambiado por la espalda, y después, la pausa sin prisa.
Qué tersura tuvo esa primera serie por pitón derecho, cautiva, por letra, en nota, y por el izquierdo, en cámara lenta, con hondura infinita, y pese al poco fondo del novillo, Bruno estuvo auténtico. Falló con el acero y saludó con fuerza en el tercio.
Chatito de 392 kilos, el quinto de la tarde, y segundo del lote de Bruno Aloi, que ha estado soberbio con el capote. Brindó a su apoderado, el matador de toros en retiro y ganadero Mario del Olmo. El comienzo de faena con la absoluta verdad, de rodillas, con un cambiado por la espalda.
El novillo no tuvo ritmo, muy descompuesto embistió en la muleta de Bruno Aloi que puso todo, y pudo tener detalles de calidad por el izquierdo. Solvente siempre y buscando las opciones que no tuvo el de Las Huertas. Pasaportó con prontitud y saludó con una merecida vuelta al ruedo.
DETALLES DE MARCO PÉREZ
El tercero de la tarde correspondió al español Marco Pérez, que saludó por verónicas a Luisao de 376 kilos, de Las Huertas. Poco juego ofreció el novillo con embestidas muy cortas, esfuerzo de Pérez. La rúbrica, una gran estocada, teniendo petición de oreja, no concedida. Dio una vuelta al ruedo con protestas.
El sexto, Chalas de Las Huertas, con el que tuvo buenos detalles Marco Pérez que saludó en el tercio para recoger la ovación.