AGUASCALIENTES. La Playa, de la mano de Mario Rangel, protagonizó la maratónica novillada de selección celebrada este domingo en la plaza de toros San Marcos.
El novillero mostró buenas maneras, clase y temple ante un ejemplar con virtudes y calidad, que fue merecedor de una vuelta al ruedo en el arrastre.
Naranjo, de 376 kilos, para Rafael Reynoso, quien tuvo un discreto saludo capotero. En tanto, adornó en el quite el novillero capitalino José María Mendoza, que fue ovacionado.
Reynoso llevó a media altura al de La Playa, equivocando el camino, porque el novillo en el capote, en la brega, humilló sin mayores problemas.
Faltó someterlo, pues solo lo dejaba pasar. Al final, el novillo terminó por defenderse. Cuando lo llevó por el izquierdo cambió el lado de la moneda, pues pudo ligar una serie; aquí entendió mejor que era bajar la muleta y engancharlo.
Todo fue efímero y quedó en esa serie. Para este momento de la faena, el novillo ya se metía con mucho peligro. La espada muy caída en la ejecución de la Suerte Suprema. Dividió las opiniones.
UN COMPLICADO NOVILLO
Marfil, de 365 kilos, segundo de la tarde, al que José María Mendoza saludó variadamente con el capote. Brindó su faena al matador de toros Arturo Saldívar.
Un comienzo de faena con firmeza, pues el novillo se quedaba muy corto por derecho. Mendoza tuvo ideas muy claras y sin obligar al de La Playa lo fue metiendo; un buen procedimiento por el pitón derecho que lo llevó a ligar dos series con lucimiento.
Varios factores fueron determinantes a continuación: el viento y la incertidumbre del novillo, que se fue frenando y yendo claramente a menos.
En los pasajes finales pudo lucir en muletazos sin ayuda. Por el izquierdo lo hizo con empaque y eso fue reconocido por un público que entendió que no era fácil el novillo. Pinchazo y estocada, pero el ejemplar tardó en doblar, acertando al primer golpe de descabello. Palmas tras aviso.
PACO, ENCIENDE EMOCIONES
Jaque Mate, tercero de la tarde, de 408 kilos, de La Playa, para el novillero Paco de la Peña, que tuvo un buen saludo capotero.
Las asentadas verónicas fueron el prólogo y un quite por gaoneras dio continuidad a su firme actuación.
Así, con el corazón expuesto y el alma que late, corrió la mano, no con pulcritud, pero su actitud lo fue todo: se apuntó con verdad y tuvo deseo y ganas.
Ligó las series, y aunque el novillo le enganchaba, la gente no dejó de estar con él, pues se contagiaban de su entusiasmo.
Toreó también con la muleta, con la mano muy baja, y eso tuvo empaque; además, resaltar que el novillo colaboró.
El tiempo también estuvo de su lado, porque surgieron detalles pintureros. Siempre mantuvo al hilo la emoción.
Con la posibilidad del triunfo, la espada no le acompañó. Prendido en dos ocasiones, volteretas, pero el deseo íntegro. Estuvo muy mal con la espada. Escuchó un aviso. Ovacionado con fuerza el novillo en el arrastre. Paco de la Peña, dio vuelta al ruedo.
POCA POTABILIDAD
El cuarto, Cola Blanca, de 380 kilos, para el novillero Tomás Alejandro, que comenzó de buena manera su faena, cambiado por la espalda, y estructurando una faena en la que prevaleció el gusto y mando, consiguiendo series acompasadas por ambos pitones ante otro ejemplar que mostró cualidades.
La actuación del hidrocálido tuvo diversos matices, pero al final no llegó al tendido. Estocada, pero el novillo tardó en doblar, escuchando un aviso, aun así tuvo petición de oreja que se concedió.
El ejemplar además mereció el arrastre lento, premio demasiado condescendiente.
Bohemio, de 377 kilos, quinto de la tarde para Alberto Mercado, quien buscó agradar, por lo que cubrió el Segundo Tercio.
La faena no tuvo mala letra, pero hay que entender y resaltar que son novilleros con muy poco rodaje; falta mucho camino, mucho, y de esta tarde se tendrá que aprender. La rúbrica fue una gran estocada. Cosechó palmas.
Paco Velazco, tuvo breve saludo capotero con Mezquite, de 372 kilos. En la faena se esforzó en todo momento, teniendo un animal poco potable, siendo el de menos juego. Palmas tras aviso.
LA SOBERBIA FAENA DE RANGEL
Playero, de 400 kilos, séptimo de la noche, para Mario Rangel, que destacó con su buen saludo por verónicas.
Destacó en el quite por tafalleras, siendo ovacionado. El buen comienzo de faena lo tuvo con soberbios cambiados por la espalda.
Un buen ejemplar, sin duda, resultó el de La Playa: noble, con transmisión y calidad, por lo que el novillero lo llevó con trazo largo, series con mucha clase y calidad, mostrando el buen toreo.
La naturalidad en muletazos de aquí hasta allá, llegando con fuerza al tendido. Por el izquierdo también pulsó, con ese mando, y mostrando sus buenas maneras.
Aquí hay un novillero que se levantó con argumentos en la mano. Certero con la espada, cortó dos orejas; el animal, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Rangel compartió la vuelta al ruedo con la ganadera de La Playa, Tere Quijano.
El cierra plaza correspondió a Sergio Paredes, que a su paso tuvo a otro novillo con calidad de la ganadería de La Playa, con el que plasmó variedad con el capote y solventó una faena óptima.
Pasajes donde las series han tenido temple y clase. Malogró con la espada y se retiró entre palmas.
Fotos: MANOLO BRIONES