FRESNILLO. Los efectos de la sequía prolongada que asola a todo el estado terminó por afectar la crianza y cuidado de las abejas, ya que el 30 por ciento de los productores dejó esta actividad, precisó Gustavo de la Paz, secretario de la Organización de Apicultores de Fresnillo.
Estimó que de 200 personas que se dedicaban a esta actividad en la zona urbana y rural, más de 60 dejaron de ejercer la labor de crianza y recolección de miel debido a que no existen suficientes flores ni cultivos para sostener la producción.
“Algunos cultivos, como de chile, durazno y jitomate verde, que producen flor de donde se pueden alimentar y polinizar las abejas, también se redujo drásticamente”, expuso.
“SI NO LLUEVE NO HABRÁ MIEL”
El secretario de la Organización de Apicultores de Fresnillo señaló que de no registrarse las primeras lluvias en los próximos meses, se vislumbra otra reducción considerable de polen y miel en la entidad.
“De seguir así se verá más afectada la producción, debido a que si la sequía continúa más tiempo se corre el riesgo de que no nazca la flor, la cual es de temporal. Es así que si llueve nos va bien y si no, nos agarra el frío, las heladas y ya no tendríamos miel”, recalcó.
Aseveró que tampoco existen apoyos para mitigar la baja producción y mantenimiento de las granjas de abejas, “todos los apicultores estamos buscando apoyos en la Secretaría del Campo (Secampo), estamos viendo la posibilidad de que nos apoyen con alimento e infraestructura”.
SE DEDICAN A OTRA COSA
La falta de miel ha generado que varios productores dejen la apicultura y se dediquen a otras labores. “Algunos compañeros perdieron todas sus abejas y optan por trabajar en las mineras, en las fábricas”, lamentó Gustavo de la Paz.
Detalló que, en temporada normal, una colmena produce de 40 a 50 kilos de miel, “en la actualidad no sacamos ni cinco kilos y cuando bien nos va se logran 10”.
Aclaró que esta situación no afecta la calidad de la miel porque la abeja no baja la calidad del producto.
De la Cruz pidió la intervención de la Secampo a fin de que les apoyen en la adquisición de insumos y herramientas, “lo que más falta nos hace es cera de abeja, implementos que realmente han subido mucho los precios, están ahorita carísimos y esto nos ha afectado”, señaló.
Lo anterior, ya que la inversión para alimentar a las abejas se incrementó al doble, “porque se tiene que comprar fructuosa y azúcar, por ejemplo solamente un kilogramo de azúcar ronda los 30 pesos, en tanto la sacarosa hasta los 50 pesos, se ha incrementado mucho el precio”, puntualizó el líder apicultor.