ZACATECAS. Las fumarolas de camiones que aún ardían, el pesado olor a plástico consumido por las llamas y el del diésel entremezclado con fruta abrasada son los rastros de la noche y la madrugada violenta vividas en el territorio zacatecano.
Recorrer la carretera federal 45 en el tramo Zacatecas-Fresnillo es caminar por los pasos de la violencia; la caseta de cobro en Calera de Víctor Rosales fue una zona de guerra.
Desde varios metros antes de llegar se observan casquillos de diversos calibres tirados sobre la cinta asfáltica, además de un camión de quinta rueda consumido por las llamas junto con toneladas de plátano.
En al menos tres cubículos de la caseta de cobro están los impactos de bala como testigos de lo que vivieron quienes trabajan recibiendo el dinero del peaje; alrededor quedaron los cristales rotos por el lugar.
Ni 10 kilómetros de distancia se pudieron avanzar cuando los automovilistas se toparon con más bloqueos, en el tramo de Calera-Enrique Estrada, la carretera libre, donde a la altura de la gasolinera sujetos armados despojaron de su unidad a un trailero que transportaba envases de cerveza.
Los parqueaderos de tráileres, ubicados en ese tramo, fueron un punto de reunión de transportistas y automovilistas que ante los bloqueos, se resguardaron durante la noche y continuaron su viaje en la mañana.
También en El Mineral, en la caseta Morfín Chávez, decenas de choferes de camiones de carga pernoctaron en las inmediaciones, ya que fue una de las zonas que elementos de la Guardia Nacional (GN) pudieron resguardar.
Al pasar este tramo, la situación parecía mejorar, pero luego de recorrer 15 o 20 kilómetros, con rumbo a Río Grande, de nueva cuenta, el olor a quemado, el asfalto derretido y hasta cajas de tráileres aún consumiéndose volvieron a ser parte del escenario.
Fue en Rancho Nuevo, donde también se reportaron varios bloqueos y unidades quemadas, entre las que estaban un tráiler que traía pastura que quedó reducido a cenizas, el cual fue colocado en la madrugada para obstaculizar ambos sentidos de la carretera.
Finalmente, en el entronque a Cañitas de Felipe Pescador, las autoridades realizaban el peritaje en tres camiones que fueron robados y usados para los bloqueos. Dos quedaron reducidos cenizas con todo y vehículos y carga que transportaban, mientras que en el tercero solo se consumió la cabina.
Esta situación no fue exclusiva de las carreteras federales 45 y 49, sino que hubo réplicas de bloqueos y ataques armados en distintos caminos de la entidad, durante la noche y la madrugada.