MADRID. Tarde de grandes emociones fue la que se vivió este martes en la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid, donde una novillada encastada del hierro de Fuente Ymbro nos permitió ver la gran actitud de tres novilleros que triunfaron y lo dieron todo.
Jarocho y un debut soñado en la Catedral del Toreo: dos orejas y una Puerta Grande tras una demostración de su clase, con la determinación además que implicó el sexto del festejo que le permitió, como reza la frase, acariciar el cielo de Madrid con las manos.
También triunfaron en esta tarde Alejandro Peñaranda e Ismael Martín, con el corte de una oreja por coleta. El primero, una muestra de valor, una voltereta y una apuesta que derivó en la entrega de la afición. El segundo, una actitud a prueba de todo con el quinto; mejor no se ha podido estar.
Lo sucedido este martes en Las Ventas nos hace recordar que vale la pena siempre apoyar a los nuevos valores.
Y el mayor de los gustos será que esos novilleros logren atraer a un público joven, lo vimos en la Puerta Grande, cuando un gran número de niños y adolescentes acompañaron a Jarocho en esta gloriosa tarde que será bien recordada y de la que se hablará a lo largo de este San Isidro.
PEÑARANDA, CUANDO SE APUESTA TODO
Botellero, de 514 kilos, el abre plaza, del hierro de Fuente Ymbro, correspondió al novillero Alejandro Peñaranda, que lo tuvo muy claro desde el inicio de su faena, sabía que requería una muleta poderosa; el ejemplar áspero, descompuesto y punteando, defendiéndose en todo momento.
Por el derecho se estrellaba, brusco, logrando Alejandro atemperar y llevar a media altura. Por el izquierdo, sin cambiar mucho su condición, permitió mejores momentos, pues aquí tuvo más recorrido y le dejó estar con el trazo más largo.
Pese a lo bien hecho, la transmisión al tendido fue muy poca. Dejó un final arriesgado por bernardinas que fueron ajustadas y con algo de emoción. Pasaportó al segundo viaje y fue aplaudido.
El cuarto, Sacacuartos, para Alejandro Peñaranda, que firmó buen saludo con el capote. En la muleta encontró un novillo con movilidad, casta y transmisión, pero hay que reconocer que no fue la mejor tarde de Peñaranda, que tardó en coger el ritmo y sobre todo, en cuajar de manera templada.
Por el izquierdo, el astado humillaba, con empaque y entendimiento del torero que terminó por ser prendido al dar un muletazo de pecho por el derecho.
El percance, al final, sin hacer daño, regresó el interés al ruedo, y la afición terminó por agradecer los últimos esfuerzos. La estocada, entera y efectiva, teniendo petición de oreja que al final fue concedida.
LA ACTITUD DE ISMAEL MARTÍN
Indómito fue el segundo novillo de la tarde, al que saludó de buena manera Ismael Martín, que se recreó por verónicas.
Decidió cubrir el Segundo Tercio, pasando apuros en su primer par al dejar solo una banderilla. Puso más voluntad en los pares consecutivos, pero tuvo poco lucimiento.
Estoico comenzó por alto su faena de muleta, y el novillo muy pronto desarrolló sentido, embistiendo con peligro, quedándose muy corto.
Por el izquierdo tampoco cambió su condición, incluso tuvo mayor peligro, ya que empezó a defenderse, buscando al torero y haciendo caso omiso del engaño.
Tuvo demasiado mérito Martín, que porfió con verdad, con la actitud que todo novillero debe tener.
Jarrero, de 498 kilos, el quinto de la tarde y segundo del lote de Ismael Martín, que esta vez apostó nuevamente con las banderillas, dejando tres pares y dando un mayor espectáculo.
Comienzo de faena vibrante, de rodillas, con un ejemplar que desde los primeros pases mostró su peligro. Había que estar muy firme y no perder los pasos, ni dar lugar a los errores.
Buscó al torero y la faena se tornó de toma y daca, pero siempre quedando la entrega del novillero. Un arrebato con valor en el cierre por alto y una buena estocada, de efectos fulminantes para cortar una oreja.
JAROCHO Y EL DEBUT SOÑADO
El tercero fue protestado y devuelto, saliendo el primer sobrero, Bananero, de 489 kilos, que correspondió a la convicción de Jarocho, que comenzó de rodillas su trasteo muleteril.
Mostró sus buenas maneras y ratificó la buena temporada marcada, sin ser un novillo fácil. Tuvo solvencia y técnica, y al dejarle la muleta puesta por el derecho hilvanó la calidad.
Por el izquierdo toreó con la muleta muy puesta, y de uno en uno tiró de él, teniendo mucha pulcritud. Al final rompió por el derecho, a base de hacerle bien las cosas, de siempre ayudar al novillo, sin exigirle, a su aire.
Certero estuvo con la espada y pese a la mayoritaria petición, no se concedió la oreja, dando una clamorosa vuelta al ruedo.
Jarocho y la gran expresión con el capote, dos largas cambiadas, la profundidad con las verónicas, las ceñidas chicuelinas y un remate con la revolera fueron su abanico en el saludo.
Apenas pasaron los primeros pasajes y el novillo muy brusco se fue al pecho. No resultó fácil, se quitó las cornadas del camino, con un Fuente Ymbro que solo se defendía.
Qué portentoso al no rendirse y porfiar por derecho con ese mando y determinación, lo mismo por el izquierdo, aguantando, metiéndose en la línea de fuego.
De uno en uno sin mayores aspavientos, luciendo y templando, y un natural eterno. Una estocada que valió todo y una entrega clamorosa del público que este martes se le rindió, cortando dos orejas.
Salieron con todos los honores por la Puerta Grande.
FOTOS: MANOLO BRIONES