MADRID. Rotunda y clamorosa tarde del diestro sevillano. Oreja y dos vueltas al ruedo en su primero tras negarle el palco la segunda y apéndice en su segundo.
Emilio de Justo y Roca Rey fueron silenciados en sus lotes. Se lidiaron toros de Victoriano del Río en la duodécima cita de “No hay Billetes”.
ARRANQUE PROMETEDOR
Un gran toro fue el segundo, Dulce, de Victoriano del Río. Entregado y comprometido con la tarde Borja Jiménez desde el inicio lo recibió a portagayola. Bien lo paró después de capote por delantales y jaleadas chicuelinas rematadas con una vistosa larga.
Por bajo lo inició de muleta. Obedeció extraordinariamente el de Victoriano, con clase, profundidad y transmisión en una muleta que lo llevó largo y toreado en una primera rotunda serie con la diestra.
A más fue la faena que llegó mucho al público, puesto en pie al final de cada serie. Entregado y asentado consiguió Borja rotundos muletazos ligados de mano baja rematados en la cadera. Una faena rotunda a la altura de la embestida de un gran toro.
Abrió plaza el toro de nombre Dulce, de Victoriano del Río, al que Emilio de Justo bregó costeando las ráfagas de viento. El buen quite de Borja Jiménez tras la suerte de varas y el prólogo portentoso de Emilio por bajo y llevándolo muy de largo.
El ejemplar tuvo transmisión pero llevó de la mano ese peligro latente al revolverse. Tardó en dar la distancia Emilio y por ello no hubo los muletazos ligados.
Lo llevó también por el izquierdo con menos entendimiento aún, los finales fueron de poderío tratando de ganar la intención al toro. Pasaportó al primer viaje y se retiró entre palmas.
El segundo de la tarde, Dulce, de Victoriano del Río, fue recibido a porta gayola por un convencido Borja Jiménez que después se recreó por chicuelinas. Un brindis bajo la ovación clamorosa de un Madrid que lo acogió.
LE NIEGAN UNA OREJA
El inicio fue por bajo. Apenas en los primeros muletazos el toro dio una vuelta de campana. Sin dar tiempos muertos, Borja tomó de nuevo el engaño y comenzó a correr la mano diestra, con temple y mando, para llevar al nivel más alto su actuación y justificar su nombre en San Isidro.
Un novillo noble y con clase que se metió en los vuelos de la muleta y que permitió una serie asentada bajo la verticalidad del toreo de Borja.
A cámara lenta en naturales, ante un ejemplar soñado para dar el campanazo en la Catedral del Toreo.
Qué portentosa serie de un abandonado Borja que hoy cautivó a una plaza entera que se rindió ante su toreo que además se acompañó de los detalles de pinturería. Estocada certera plagada de verdad.
El ejemplar vendió muy cara su muerte, tardando en doblar. Borja puso a punto de ebullición la plaza de toros que se blanqueó de pañuelos para solicitar las dos orejas que el presidente, bajo un criterio incomprensible, no concedió, dando solo un trofeo.
Además de robarle el triunfo a Borja arrebató la merecida vuelta al ruedo del gran toro de Victoriano del Río. Tras pasear la oreja Borja, dio una vuelta más al ruedo.
SE LASTIMA UN EJEMPLAR
Andrés Roca Rey tampoco quiso dejarse ganar la pelea ni las palmas y por ello puso la entrega en el saludo con el capote. Y por eso se puso de rodillas en el inicio de faena, frente al Tendido 7 que tan en contra estuvo siempre del peruano.
Dos cambiados por la espalda con el mínimo espacio entre él y los pitones del toro, y entonces así surgió la emoción. Fue muy contundente la siguiente serie donde corrió la mano por pitón derecho ante la clara respuesta del novillo de Victoriano del Río, que tuvo transmisión.
A Roca Rey siempre le exigirán con el nivel de figura que tiene, le recriminó el sector de siempre la colocación, muy por fuera, la faena a partir de este momento fue muy a menos, teniendo menos colaboración del toro. Silencio tras aviso.
El cuarto de la tarde, siempre con la cara arriba, incluso con el capote, siempre defendiéndose. Los primeros muletazos de Emilio de Justo fueron templados ofreciendo el toro un buen pitón derecho que fue apenas un espejismo, todo se diluyó en un abrir y cerrar de ojos pues el ejemplar se defendió; deslucido completamente. Lo mató de un bajonazo.
Tallista, quinto de la tarde, al que Borja Jimenez recibió a portagayola para después fundir su empaque y clase con lances a la verónica que remató con media belmontina.
Tras la suerte de varas, el toro se lastimó y fue devuelto a los corrales, saliendo en su lugar Volandero, de Torrealta. No se lo pensó dos veces Borja Jiménez, que volvió a esperar en la Puerta de Chiqueros, después, cadencia por verónicas.
BRINDIS AL TORERO LÓPEZ SIMÓN
Un inicio de faena prometedor con un novillo que humillaba y al que le cuajó dos primeras series con mucho temple. La faena fue a más, rompió entre la emoción en el tendido y lo bien hecho por parte de un Borja que también estuvo cumbre en el toreo al natural.
El cierraplaza no pasaba, se frenaba, imposibilitando el saludo capotero de Andrés Roca Rey, siendo los de plata los primeros en pasarlo por la tela. El sexto fue muy protestado, pero en varas, cuando empujó con fuerza en el caballo, el público aplaudió.
Brindó a Alberto López Simón e inició la faena de muleta, aproximándose al toro, recibiéndolo en la tela, cambiándole los terrenos, llevándoselo fuera del tercio. El de Victoriano del Río se movía, pero había que ordenar su embestida.
Continuó por el pitón derecho aprovechando la inercia para pasarlo y darle ligazón a la serie. El ejemplar pasaba con prontitud, pero le faltaba recorrido y armonía a su embestida.
De hecho, en una de sus salidas cantó su mansedumbre. Al natural, con un novillo que reculaba, lo pasó y se le fue a tablas. Fue allí donde terminó por torearlo, pero sin nada de provecho fue a por la espada.
