Notas sobre Pánfilo Natera
Antes del mediodía del 10 de junio de 1914, la División del Centro inició el ataque a la ciudad de Zacatecas. El jefe de la operación es Pánfilo Natera García (1882-1951). Antes de la acción, los contingentes realizaron cruentos asedios a Pinos, Ojocaliente y Fresnillo. El objetivo era volver a ocupar la capital estatal, como lo hicieron en junio del año anterior -cuando quemaron el edificio de las actuales calles Hidalgo Allende y hurtaron valores al Banco de Zacatecas-.
El ataque a la vetusta ciudad fue una indicación del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista. Venustiano Carranza acudió hasta Sombrerete para conversar con Natera, esto fue en mayo del 14. En esa ocasión el zacatecano aprovechó que uno de sus hijos no estaba bautizado e invitó a Carranza fuese su compadre. El niño fue nombrado Venustiano Natera Sánchez.
A varios días de junio del 14 ocurrió el ataque. Los defensores no bajaron la guardia. Los atacantes estaban distrayendo el asunto, debían cansar y aislar. En otras plazas se jugarían las relevancias: Guadalajara, San Luis Potosí y el centro del país. La acción contra la ciudad capital era parte de la agenda del constitucionalismo. Sabedores que no debían quedar aislados en el lejano norte, los hombres de la división de Francisco Villa se pusieron en marcha sobre las vías del Ferrocarril Central. Decidieron que en conjunto irían a Zacatecas para convertirla en su punto estratégico de acceso al sur del país.
Notas sobre Pánfilo Natera
Un grupo de soldados del 26 Cuerpo de Rurales se insurreccionó en abril de 1913, en Nieves, Zacatecas. El dirigente era el teniente Pánfilo Natera García. Este hombre se inició en las armas rebeldes en febrero de 1911, cuando se unió a la rebelión maderista que dirigió Luis Moya -el fin de este grupo era revolucionar la entidad y provocar la caída del régimen porfirista-.
Natera obtuvo el grado de teniente como reconocimiento a su desempeño militar. Sus jefes fueron Manuel Caloca Castañeda y Cándido Aguilar, comandantes de los cuerpos de rurales que defendían al gobierno de Madero y enfrentaban a la rebelión de Pascual Orozco. Tras la decena trágica (febrero de 1913), Natera se mantuvo leal a los gobiernos estatal y nacional. Una muestra es su presencia en la vetusta Zacatecas al finalizar febrero de 1913. Acudió para entregar rebeldes orozquistas. En esos días, cuando la tea revolucionaria ardía, el teniente de origen humilde y escasa instrucción dirigía un grupo de 10 hombres armados y con caballo.
Tras anunciar la insurrección, la primera acción que emprendió el grupo de Natera fue la obtención de recursos económicos y materiales para sostener la empresa militar. Sin base de operaciones, hizo la misma ruta que realizó con Luis Moya en 1911. De Nieves (abril 10) fue a Saín Alto (abril 11). Siguió el asalto de haciendas y ranchos de la serranía occidental de Zacatecas. Las hecatombes ocurrieron en Valparaíso (abril 14); Jerez (abril 18); Fresnillo (mayo 9); y, Tlaltenango (mayo 21).
En Valparaíso, Natera signó un recibo como comandante de su “causa política”. En Fresnillo, el teulense Trinidad Cervantes dirigió la acción militar. Al recibir dinero de la administración de correos entregó un recibo. Allí consignó que era para las Fuerzas Restauradoras de la Legalidad. Lo firmó como teniente coronel.
El gobernador José Delgado informó en septiembre de 1913 que, al asumir el mando político-militar, en junio de 1913, se luchó para recuperar los partidos de Fresnillo, Jerez, Villanueva, Pinos, Ojocaliente y Nochistlán; y lo consiguió. En cambio, en septiembre, los distritos de Nieves, Sombrerete, Mazapil, Tlaltenango y Juchipila estaban en poder de los alzados. Para entonces las cabezas de la revolución eran Pánfilo Natera, Trinidad Cervantes, Santos Bañuelos, Pedro Caloca, Eulalio Gutiérrez y Crispín Robles Villegas.