El escaso fondo de los toros de Montalvo condicionó el balance artístico del segundo festejo de la Feria de los Remedios de Colmenar Viejo.
Los deseos de los tres espadas se estrellaron con la condición de los astados, durante una tarde de poco relieve.
VENTURA, OREJA EN CUENCA
Se impone Diego Ventura a dos elementos tan adversos como la lluvia; a tal grado que fue a más; en tanto, la deslucida condición del ejemplar, suelto de salida y siempre desentendido. Lo recibió con Oro Negro y lo quebró en un palmo de terreno con Fabuloso, porque el toro esperaba mucho y obligó al rejoneador a llegarle muy arriba.
Lo que se repitió después con Lio, aun cuando el matador le dio siempre la ventaja de su querencia. Menos aún ayudó el burel en el último tercio con Gudiana, con el que se volcó literalmente sobre el morrillo para clavar. El público valoró su entrega innegociable.
ESCRIBANO, TARDE ÉPICA
El diestro Manuel Escribano firmó una de sus corridas más memorables a lo largo de su carrera profesional, al cortar 11 orejas y un rabo en un festejo en el que se colgó el cartel de no hay billetes.
Escribano se mostró, de nueva cuenta, con un espectacular dominio en la gesta de torear en solitario.
VELASQUEZ, ARROLLADOR
El caballista portugués, Paco Velasquez, no cesa en una temporada imponente en la que cada tarde sale a hombros. Esta vez su paso fue por un pequeño pueblo de nombre Piedrahita, perteneciente a Ávila, en España, donde cortó tres orejas y salió a hombros.