Algo está pasando
No existe nada más liberador, para la aterrada alma, sobre todo en estos años de muchos balazos y más ideológicos bandazos, que revisar los diarios y leer declaraciones cada día más aterradoras, como saber que, en el ranchote, el presidente municipal, esposo de la diputada, ya comenzó a sembrar el terror (ese del que hablo en días pasados el gobernador) entre los trabajadores de la institución municipal.
Estoy más que seguro que los asesores (¿quién podría tener la sesera más llena de moscas?) del esposo de la diputada, ya comenzaron a inventar proyectos para justificar los bonos. En fin, comienza un nuevo capítulo de la telenovela trianual.
Y si esas noticias que tiene al borde del colapso a muchas familias, no fueran suficientes, en días pasados nos desayunamos con las aterradoras noticias de que se había hecho estallar un artefacto en pleno concierto (¿?) de dos pelafustanes que cobran por ladrar.
El enorme debate en el ranchito estuvo de rompe y rasga en las redes sociales: fue una granada, fue un tanque de gas, fue don Salustiano que andaba malito de la panza (empachado de tanto pan Lulú).
Total que la alta burocracia salió a defender su versión del tanque de gas de la taquería ambulante, mientras en las redes se reproducía hasta el hartazgo un video oficial de la explosión, que olía a todo menos a tacos al pastor.
La pregunta es: ¿Quién miente? ¿Por qué mentir? ¿A quién beneficia que se oculte la verdad del hecho? ¿Fueron alienígenas los perpetradores del hecho? ¿El América compra árbitros? Perdón amigos, pero a veces la emoción gana. En fin.
El asunto es muy simple: ¿por qué no decir la neta? Pues porque políticamente en nada beneficia al grupo gobernante y sí lo pone en jaque frente a la sociedad, ahora que algunos grupos están iniciando con su proyecto de revocación de mandato. Queda claro que en el ranchito, los liberales desaparecieron y solo quedaron conservadores de distintas organizaciones confesionales. Es lo que hay y hubo.
Porque cuando alguien se me acerca y me increpa por defender al ex presidente AMLO y a la presidenta Claudia, luego, luego me agrede diciendo que soy Morenista. Lo primero que pregunto es si me pueden explicar en qué corriente me ubican (de las muchas que hay en Morena), nunca falta el lumpen que me insulta diciéndome “Monrealista” y ahí sí que calienta. Porque, digo, una cosa es pensar de izquierda y otra que te confundan de mala manera con pertenecer a un grupo pequeño burgués reaccionario. Nel mis cuates, no pertenezco a los mencheviques.
Pero eso no es obstáculo para sostener críticamente que todo lo que hace el gobierno del ranchito está mal. No. Está bien que el 99 por ciento de lo hecho hasta ahora por el gobierno, no tiene sentido ni idea, no es para criticar acremente el otro 1 por ciento. Seamos sensatos compañeros y otorguemos otro medio año el beneficio de la duda a quienes hoy gobiernan. Solo deseamos que algún otro familiar que sea gobernador o gobernadora haga las cosas bien.
Y, también, queremos señalar que apoyamos totalmente la posición del gobierno mexicano de no invitar al paleto de Felipe VI a la toma de posesión de nuestra presidenta. Ya alguna jueza estaba preparando el amparo para permitir su ingreso al país, para chismearle a Felipillo las desgracias del Poder Judicial.
Pero bueno, les aseguro que no se va a notar la ausencia (de mí se acuerdan), del Borboncito; aunque me hubiera gustado mucho que hubiera venido el franquista Juan Carlos I para que explicara (por lo menos en algún stand-up, para empresarios como Salinas Pliego) sus novelescos amoríos, sus cacerías inmorales y sus tremendos líos fiscales como comisionista de Ibex 35. Y a los panistas que le pidieron perdón al monarca español, desde esta tribuna les digo: QUEMA-MUCHO EL SOL.