Saltillo- Entre los matorrales y la tierra sedienta del semidesierto zacatecano, los Titanes MOZac escribieron su nombre en la historia al coronarse campeones del torneo Marcial Lara, venciendo 3-1 a Raccoons en Saltillo. Una victoria forjada no solo con talento, sino con el respaldo inquebrantable de sus familias y su pueblo.
Las calles de Melchor Ocampo, normalmente silenciosas bajo el inclemente sol, vibraron con una caravana triunfal.
Padres que invirtieron sus ahorros en uniformes y equipo, madres que prepararon alimentos para los largos viajes, y vecinos que organizaron de todo para financiar los traslados, todos unidos celebrando el fruto de su esfuerzo colectivo.
Como las yuccas que sobreviven sin agua, los Titanes florecieron gracias a la tenacidad de su pueblo. Cada pitcheo, cada batazo, cada carrera anotada fue posible por el sacrificio de familias que, ante la indiferencia institucional, construyeron con sus propias manos el camino hacia el campeonato.
El trofeo que hoy brilla en Melchor Ocampo no solo simboliza la victoria en el diamante, sino el triunfo de un pueblo que se negó a que la falta de apoyo oficial del estado marchitara sus sueños.
Esta hazaña demostro que cuando el semidesierto se une, ni la aridez del terreno ni la ausencia de respaldo gubernamental pueden detener la grandeza de su gente.
En estas tierras donde el agua es oro, hoy llueven lágrimas de alegría, no por el reconocimiento de las autoridades deportivas estatales, sino por el orgullo de saber que fueron las manos callosas de padres trabajadores y el corazón generoso de todo un pueblo los que regaron esta victoria que hoy florece en el Semidesierto zacatecano.