ZACATECAS. Más de 50 mil agaves en los cañones de Tlaltenango y Juchipila están listos para convertirse en mezcal, pero los zacatecanos enfrentan un escenario crítico: tienen más producto del que pueden vender, hay deficiencias en infraestructura y la amenaza del presidente Donald Trump de imponer aranceles de 25 por ciento podría cerrar las puertas de su principal mercado de exportación.
El aroma penetrante del agave en fermentación recibe a los visitantes de Real de Jalpa, donde el proceso artesanal continúa a pesar de la incertidumbre. “Acabamos de superar tres años de crisis y ahora enfrentamos la amenaza de Donald Trump de imponer nuevos aranceles”, expuso Julio Macías Muñoz, mientras revisaba la producción que enviarán a Texas, California, Illinois y Nueva Jersey.
María Teresa Rubio, representante de Casa Real de Jalpa, expresó su preocupación sobre el impacto que los aranceles podrían traer a las empresas mezcaleras que actualmente exportan sus productos a Estados Unidos.
Al volverse más caros, se reduciría su competitividad frente a otros países y, por tanto, las ventas. El efecto se espera en cascada, con afectaciones a los empleos locales derivado de la caída en la demanda. Frente a este panorama, Rubio sugirió promover el mercado local y ampliar exportaciones hacia otros destinos, como Asia, Europa y Sudamérica.
Bebida cotizada
En la comunidad Huitzila, un letrero que anuncia “oro líquido” marca la entrada a la fábrica La Fe, donde se produce El Zacatecano, destilado que conquistó el título del mejor mezcal del mundo en San Francisco World Spirits Competition 2010.
Los conocedores, nacionales y extranjeros, desafían las carreteras deterioradas para conseguir este producto que se degusta en Estados Unidos, Canadá y Japón.
A escasa distancia, la histórica Casa Mezcal Huitzila mantiene presencia en siete estados del país. Sus productos se distribuyen desde Querétaro hasta Nuevo León, en tanto que sus planes de retornar al mercado de Chicago se ven amenazados por potenciales aranceles que podrían elevar significativamente los costos de exportación.
Para llegar a las mezcaleras, visitantes y transportistas deben recorrer más de 60 minutos desde la cabecera municipal de Teúl de González Ortega. Pero las vías, llenas de baches y tramos que más parecen terracerías, duplican el tiempo y costo de cada viaje, afectando la rentabilidad de las empresas.
La Ley General de Turismo establece la obligación por parte de estados y Municipios para impulsar estas zonas productoras, pero las carreteras destruidas y la ausencia de promoción turística cuentan otra historia.
En Zacatecas, con una región privilegiada por cultivar tres variedades de agave (Azul, Salmiana y Espadín) y una tradición mezcalera desde hace generaciones, la falta de atención gubernamental resulta evidente, según los productores.
Crisis en el sector
En la mezcalera Tres Pueblos, J. Guadalupe Castro Castro, nombrado maestro mezcalero, explicó la crisis que atraviesa el sector. “Entre preparar la tierra, plantar y esperar siete años, cada kilo de agave nos cuesta entre 10 y 12 pesos. El mercado ofrece 2 pesos”, detalló, mientras examinaba las piñas de agave listas para destilación.
Las cifras respaldan la preocupación. La Universidad de Guadalajara documentó el desplome: en 2022, el agave se cotizaba en 32 pesos por kilo y dos años después, el valor es de dos pesos con 50 centavos o tres pesos.
Recientemente, analistas consultados por El Financiero proyectaron que el aumento de 25 por ciento en aranceles podría causar una caída de 40 por ciento en las ventas al mercado estadounidense para 2025.
En México, donde el mezcal enfrenta una carga fiscal de 16 por ciento de Impuesto del Valor Agregado (IVA) y hasta 56 por ciento de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), (dependiendo de los grados de alcohol, a partir de los 20), productores veían oportunidad en la exportación, hasta la amenaza de los aranceles de Trump.
La supervivencia de esta industria no solo representa empleos y desarrollo económico, advierten productores, significa preservar un patrimonio cultural que ha convertido al agave zacatecano en uno de los mejores destilados del mundo.
Fotos por Kike Ramírez y Ramón Tovar.