Este jueves se celebró en la Monumental Juchipila la tradicional corrida de feria, en la cual se alzaron como triunfadores el rejoneador Jorge Hernández Gárate y el matador Antonio García El Chihuahua, cortando dos y cuatro orejas, respectivamente.
En cambio, el joven diestro José María Hermosillo se fue de vacío a pesar de la firmeza puesta en su lote.
Se lidió un encierro bien presentado de la ganadería de La Punta, de poco juego en su conjunto, sobresaliendo más el lote lidiado por El Chihuahua.
GÁRATE, LA MAESTRÍA A CABALLO
Ante un clima favorecedor y con una buena respuesta del público en los tendidos, el festejo abrió con la actuación del potosino Jorge Hernández Gárate y el astado, Caxcán, de 480 kilos, de la ganadería de La Punta.
El rejoneador puso todo para agradar al respetable con una labor convincente, plagada de poder y entrega, puesto que el ejemplar tuvo poca movilidad y transmisión.
Hernández Gárate apostó por acortar la distancia desde la salida, pasó con dos rejones de castigo al de La Punta y con las banderillas mostró el sitio y madurez.
Cuajó bajo la rotundidad su tesonera actuación, en la que pasó con los adornos finales; no obstante, falló con el rejón de muerte, por lo que saludó en el tercio.
Su segundo, de nombre Tenamaxtle, fue un ejemplar complicado, que además tuvo poca transmisión.
La actuación del rejoneador estuvo cargada de emoción y entrega, siempre determinado a mostrar su maestría, midiendo los terrenos y atendiendo los tiempos de un toro que apretaba mucho y que se volvió exigente.
Fuego le acompañó en un binomio perfecto con dos banderillas, soberbias y al violín, simplemente espectacular.
Junto a otra estrella de su cuadra, Valladolid, el potosino colocó las banderillas cortas. Dejó en buena colocación el rejón de muerte, logrando cortar las dos orejas como premio.
REDONDO TRIUNFO DE EL CHIHUAHUA
Ante el segundo de la tarde, Antonio García salió con determinación para dejar un saludo capotero variado, que abrió con larga cambiada de rodillas. Además, destacó con un quite por zapopinas.
Dispuesto a ir a más, tomó las banderillas y firmó tres pares espléndidos. Ligó las series por el derecho y también aprovechó al animal de La Punta por el izquierdo.
La entrega fue sin medida. El Chihuahua toreó variado y estuvo hasta el final con esa disposición. Fue certero con la espada, por lo que la afición de inmediato solicitó la concesión de las dos orejas.
A su segundo lo saludó con el percal, con la variedad y el valor. Quitó con esa espectacularidad que también dejó en las banderillas, con tres alucinantes pares que pusieron las emociones en los tendidos.
El Chihuahua creó una faena de muleta iniciada por lo bajo, para comenzar a construir una actuación basada en el pitón derecho, donde corrió la mano con trazo largo, temple y mando.
Lo que tuvo el ejemplar fue aprovechado a cabalidad, en series construidas bajo la armonía de su toreo y el concepto tan suyo de aires mexicanos, que con los años y a la distancia sigue cautivando. Certero con la espada, consiguió cortar dos orejas.
EL ESFUERZO DE HERMOSILLO
El tercero del festejo le correspondió a José María Hermosillo, quien se recreó por verónicas en el saludo capotero.
El joven nacido en Aguascalientes dejó una faena que construyó con mucha calidad, plasmó muletazos con ritmo y con hondura, pese a que el toro tuvo poco recorrido.
Sin dejar esa entrega que le caracteriza, el hidrocálido tuvo mucho valor, variedad y una enorme entrega, la cual fue reconocida por el público.
Sin embargo, falló con la espada y por ello se tuvo que retirar entre palmas.
El cierra plaza fue para Hermosillo. El astado no resultó fácil, pues tuvo poca transmisión, regateando mucho las embestidas.
Mucha cabeza tuvo el de Aguascalientes, que estuvo valiente, dando ese extra, dispuesto y puesto. Sin miedo, temerario y firme, pegándose un arrimón con un toro complicado de La Punta. A pesar de ello, solo se retiró entre palmas.
LOS FORCADOS AMADORES DE MÉXICO
Gran actuación tuvieron también los Forcados Amadores de México con dos pegas de un nivel de espectacularidad.
La primera ejecutada por René Tirado, quien saludó en el tercio, y la segunda por Hiram Badillo, quien dio una vuelta al ruedo.