Los comentarios en redes sociales: ¿Diálogo digital o campo de batalla?
¿Alguna vez te has sorprendido por la cantidad de tiempo que destinas a revisar, no las publicaciones que otros usuarios postean en las redes sociales, no las imágenes o videos, sino toda la avalancha de comentarios que se vierten acerca de ellos?
Apuesto a que no soy la única que se ha divertido o reflexionado más con los comentarios y reacciones que éstos tienen, que con el contenido en sí mismo ¿cierto? Te invito para que, juntos revisemos este tema en cuatro minutos, ya no diré que traigas café, solo trae tu bebida favorita (por aquello del clima).
En la era digital, es motivo de gran entretenimiento en las redes sociales, revisar los comentarios, podemos decir que han dejado de ser simples opiniones para convertirse en poderosos mecanismos de influencia y debate, que van desde la interacción divertida y desenfadada entre pares, a la relación con las marcas comerciales, pasando por discusiones políticas, éticas y hasta morales.
Estos mensajes no son otra cosa más que el reflejo del pulso de nuestra sociedad actual, que encuentra en las redes sociales, un espacio para ser, expresar y también para trascender. Recordemos esa famosa máxima que se ha popularizado en el ecosistema digital: “si no está en las redes, entonces no existe o no sucedió”. Cierto o no, pareciera que bajo esa convicción vivimos y nos preocupa no tener esa presencia en el mundo virtual.
Puedes encontrar hasta 20 mil o más reacciones en un solo comentario, mismo que, en diversas ocasiones, no es siquiera el tema central del contenido que lo originó.
He leído pequeños textos en donde – en tono de broma- alguien pide ayuda celestial para “dejar el horrible vicio” de ir a revisar los comentarios, tal parece que en ese pasatiempo, existe el riesgo de crearse una adicción.
En estas interacciones, se pueden observar diversas emociones expresadas en texto que derivan de las publicaciones; algunas son divertidas, otras invitan a reflexionar, pero también existen las que llegan a ser hirientes, intolerantes, discriminatorias y hasta denigrantes hacia los autores de la publicación u otros cibernautas que decidieron sumarse a compartir sus pensamientos en un comentario.
Y es que desde cierto nivel de anonimato y entre la multitud, es muy fácil opinar y agredir, con todo y las nuevas reglas y restricciones impuestas por las plataformas, ya lo sabes, hay palabras que están vetadas.
De esta manera, algo que puede pasar por inocente y entretenido, en realidad tiene el poder de contribuir a moldear la imagen de una empresa, una organización, una figura pública e incluso, puede causar una crisis de reputación a partir de comentarios negativos, para lo cual no se requiere ser un influencer.
En tal sentido, Lina María Echeverri en uno de sus artículos publicado en 2019, menciona: “Lo más preocupante realmente es que hoy el usuario cree profundamente en todos los contenidos que aparecen en Internet, como si este medio tuviese la verdad revelada” (https://idealex.press).
Y es verdad, cada vez existen más usuarios de Internet en el mundo y si preguntas a las personas cómo se informan acerca de lo que pasa en su entorno, seguramente una cantidad importante de ellas te dirá que lo hace a través de medios digitales.
Esto lleva implícito el riesgo de asumir como cierta, información de procedencia dudosa, ya que persiste el problema de una cultura digital que, en general, no tiene como rasgo principal la verificación acerca de la información que consume.
Entonces, vale la pena preguntarse si este tipo de interacción puede construir opinión e influir en las percepciones y emociones de otras personas. La respuesta es: sí. Esto lo saben las marcas y también los algoritmos, es por eso que los comentarios han adquirido tanta relevancia, más allá de la polarización y los debates en línea que se generan a partir de ello.
¿Es posible generar un diálogo constructivo en redes sociales? Sí, aunque existen estadísticas que reflejan un grado de “toxicidad” (entrecomillo porque no me acaba de convencer el término aplicado a estas situaciones), en los comentarios que se vierten en las publicaciones, por ejemplo, un informe de la Fundación MAPFRE y la Universidad de Deusto encontró en España, que el 55 por ciento de quienes publican comentarios hirientes lo hacen en perfiles desconocidos, mientras que solo el 18 por ciento dirige sus mensajes a contactos de la vida real.
Finalmente, es preciso destacar que los comentarios en redes sociales pueden ser herramientas de expresión y cambio, pero también pueden convertirse en espacios de confrontación y desinformación. La clave está en fomentar el pensamiento crítico y el diálogo respetuoso. ¿Y a ti, te gusta comentar o solamente leer?
Nos leemos pronto.