ZACATECAS. El reloj de los cue-cuentos marcó la hora de la magia en el Foro Permanente de Narración Oral, donde Gabriela Elías convirtió su peculiar mochila-reloj en una máquina del tiempo narrativa.
Con la expectación flotando en el ambiente, los asistentes observaron cómo Gabriela hurgaba en su reloj convertido en mochila, extrayendo objetos misteriosos que determinarían el destino de la tarde.
El azar eligió por todos, y el «tic tac Tiki Tiki ta» comenzó a resonar como un hechizo.
La audiencia, tanto niños como adultos, se vio transportada al cuarto de Samuel, un niño víctima del aburrimiento moderno y la prohibición parental de la tablet.
Pero lo que parecía una tarde perdida se transformó en una aventura nocturna extraordinaria.
La primera sorpresa llegó con «la guardiana del aburrimiento», una pluma mágica que se coló por la ventana de Samuel con ideas revolucionarias.
Los espectadores sintieron la brisa nocturna cuando el niño salió al jardín, linterna en mano, buscando entre las sombras algo más que entretenimiento.
El encuentro con la oruga vegana marcó el clímax de la historia.
Este pequeño ser no solo rechazó las galletas de Samuel, sino que plantó en él una semilla de conciencia que transformaría su perspectiva alimentaria y, por extensión, su visión del mundo.
El desenlace, con Samuel adoptando el veganismo inspirado por su nueva amiga invertebrada, provocó sonrisas cómplices entre padres e hijos.
La conversación telefónica con la mamá, pidiendo «un kilo de manzanas para ser vegano», selló una lección sobre apertura mental y respeto por todas las formas de vida.
Al guardar el objeto inspirador de vuelta en su reloj-mochila, Gabriela Elías había demostrado que el aburrimiento no es el enemigo, sino la puerta de entrada a universos inexplorados donde una simple oruga puede cambiar el rumbo de una vida.