EL ESPEJISMO DEL FUTBOL
Una vez más, los zacatecanos somos testigos del montaje mediático que representa la Copa por el Bienestar, un eufemismo que oculta la realidad de una inversión mal dirigida y una visión desviada del verdadero deporte.
Mientras las autoridades se vanaglorian de traer equipos profesionales para deleitar a unos cuantos espectadores, miles de ciudadanos permanecen sedentarios, sin espacios ni programas que fomenten el ejercicio físico real.
Esta política deportiva es una estrategia disfrazada de progreso. Los recursos públicos que se destinan a estos espectáculos futbolísticos podrían transformar radicalmente el desarrollo integral de la población zacatecana. En lugar de subsidiar el entretenimiento pasivo de las masas, ¿por qué no invertir en programas de promoción de ejercicio físico?
La propuesta es simple, pero revolucionaria: destinar esos presupuestos millonarios a la creación de Domingos del Bienestar en cada municipio. Imaginen las principales vialidades de Zacatecas, Guadalupe, Jerez de García Salinas, Fresnillo, Villanueva, etc., convertidas en circuitos peatonales donde familias completas caminen, corran, anden en bicicleta o patinen. Esto no es una utopía, es política pública inteligente.
El deporte espectáculo en efecto mantiene entretenida a la ciudadanía mientras nuestros índices de inseguridad, violencia y desempleo se disparan, sin mencionar los problemas existentes con el sector educativo y de salud.
La Copa por el Bienestar es una contradicción semántica que evidencia la desconexión con las necesidades y exigencias reales de la sociedad.
Zacatecas no necesita más circo futbolístico de dos días: necesita una revolución del movimiento. Cada peso gastado en traer equipos foráneos es un peso robado al desarrollo integral de nuestros niños, jóvenes y adultos mayores. Es hora de abandonar el populismo deportivo y apostar por el bienestar real de la ciudadanía.