El periodista también tiene equipo
Hay una polémica entre el gremio periodístico y las audiencias, porque hay quienes dicen que el periodista deportivo no debe tener equipo, pero creo fielmente que eso es una gran mentira.
El que ve futbol, obviamente tiene que tener simpatía por algún club, al menos si es verdad que le gusta el deporte más popular del mundo; sin embargo, hay quienes dicen que si decimos a quién le vamos, perdemos objetividad.
La influencia y la objetividad
Los futboleros, casi desde que nacemos, estamos influenciados por nuestro entorno y vivencias, lo cual define, las más de las veces, a qué equipo le vamos; ya lo decía Eduardo Galeano: «En la vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de futbol».
Es muy complicado desprenderse de esa afición y no sentir alegría cuando gana tu equipo o sentir esa satisfacción pambolera cuando al odiado rival le va mal. Es parte del folclor, y quien diga que no tiene equipo, no le gusta el futbol.
Por otro lado, la objetividad nunca es absoluta, ya que siempre estamos cargados de cierta subjetividad; así pues, negar irle a un equipo, les puedo asegurar, no da mayor credibilidad.
Y podrán decir que mostrar públicamente el fervor a tal o cual equipo quita credibilidad, pero desde la experiencia propia puedo decir que esa no es una verdad absoluta.
La fórmula
La fórmula que hemos adoptado en NTR Deportes es la de hinchas dando noticias de deportes, porque es el aficionado quien sabe de pasión y cómo transmitirla.
No sabemos si nos ha funcionado o no, pero yo prefiero escuchar a un narrador que dice a qué equipo le va, que a uno que niega a su afición.
Al final de cuentas, son las audiencias quienes juzgan si consumir o no un producto televisivo, radiofónico o impreso; por nuestra parte, sin certeza de nuestro éxito, hay a quienes les ha gustado y con eso nos quedamos.
La imparcialidad no obstante no queda excluida de nuestra labor, pues la procuramos cuando se trata de mostrar los hechos, para que así, el lector o radioescucha pueda emitir su propio juicio.
Por cierto, aprovecho para felicitar a todos los Tigres de Corazón, de años y a los nuevos, por la octava copa de su equipo: abrazo de gol a todos los de la U de Nuevo León.