Zacatecas, Zac.- El sobrepeso de la corporación policiaca municipal, que se observa en 60 por ciento, sí es un lastre para desarrollar sus capacidades de vigilancia y la persecución de delincuentes, consideraron algunos integrantes de la misma corporacion.
Durante un recorrido por las principales calles del centro histórico de la ciudad, pudo observarse a muchos elementos de la policía municipal con sobrepeso.
Algunos tienen de 10 a 12, 15, 20, 25 ó hasta 30 kilos de grasa corporal de sobra, lo que en un momento determinado dificulta sus labores de vigilancia, como en el caso de que tengan que perseguir a un delincuente que se da a la fuga.
Asimismo, los entrevistados –quienes no quisieron revelar sus nombres- refirieron que tienen que pasar muchas horas diarias en servicio, por lo que “no tendrían tiempo para levantarse temprano por la mañana y entrar en actividad”.
“No tenemos tiempo para hacer jogging, pero tampoco gozamos de la disciplina para realizar abdominales, trote al aire libre o cualquier otra técnica que nos ayude a mantenernos en forma”.
Por lo general, la mayoría de ellos pasan ubicados en un solo punto citadino, del cual apenas se desplazan caminando algunos metros.
Fuera de ello no realizan ningún tipo de actividad que los obligue, ni siquiera, a caminar; en la misma medida, además refirieron que su alimentación es muy desbalanceada.
“Ya que si bien nos va, apenas podemos desayunar algo en casa; por lo regular salimos de ella sin haber probado bocado”.
En la misma medida, indicaron que su dieta es rica en carbohidratos. “Nos alimentamos de lo que podemos y cuando podemos”.
Es decir, sus comidas incluyen exceso de harinas, grasas e irritantes, contenidos en tortas, tacos, quesadillas y gordas, además de una gran cantidad de refrescos de sabores en lata o PET. Asimismo, incluyen muchos azúcares, ya que rematan con una dieta especial de gansitos o chocorroles.
Otro de ellos indicó que muchos oficiales se la pasan sentadotes en la patrulla, y que así, sin hacer nada, consumen una gran cantidad de comida chatarra.
“Pero además, ninguno de nosotros realiza ejercicio integral diario en ninguna de nuestras direcciones. En esta corporación, si podemos, de todos modos no nos levantamos temprano, por lo que, en efecto, no caería mal una sesión de lagartijas o abdominales, pero no las hacemos. No contamos con el rigor o la disciplina”.
Uno más reconoció que esa obesidad en muchos de sus compañeros está mal, ya que, por ejemplo, si un delincuente le arrebata la bolsa o un dinero a una persona, “en las condiciones en que nos encontramos, va a ser difícil que lo alcancemos, a menos que, como es usual, vayamos trepados en la patrulla, y aun así, no hay garantías”.
Con sobrepeso no se puede hacer mucho, añadió otro. Eso, porque cuando uno anda con 25 ó 30 kilos de más es poca la actividad física que se puede desarrollar de manera eficiente. “Sobre todo porque un policía debe tener un músculo tenso, pero libre de grasa para tener la agilidad de un tigre”. Asimismo, uno de ellos dijo que “se alimentaba de fruta y verduras, y que le entraba poco a los antojos”.
“La neta, es la güevonada de cada quien, el hecho de que muchos de nosotros estemos obesos, porque eso significa que no podemos o no queremos levantarnos temprano para hacer ejercicio, pero sobre todo, alimentarnos adecuadamente”.
Agregó que eso depende mucho de cada quien, porque si alguien que se encuentra sobrepasado, tiene la voluntad de hacerlo, significa que recuperará su talla normal en poco tiempo, pero si nunca lo intenta, lo más probable es que seguirá así.
Es decir, kilitos más, kilitos menos, lo cierto es que 60 por ciento de la policía municipal se encuentra en lamentable estado de obesidad y en consecuencia es ineficiente para desarrollar sus labores físicas inmediatas.