Zacatecas, Zac.- Pedro Valtierra, director general de la Fototeca de Zacatecas, dijo que la fotografía del artista guanajuatense Romualdo García es digna de disfrute, aun cuando mucha de la producción de ese creador, nacido en Silao en 1852, se perdió.
En la Galería de la Fototeca puede apreciarse la muestra De pelo, medio pelo y terciopelo de Romualdo García (1852-1930), con 46 impresiones en plata de los distintos tipos sociales de Guanajuato a principios del siglo XX.
Por tal motivo, el laureado fotógrafo zacatecano refirió que las obras de García representan el retrato clásico de México tomado a fines del siglo XIX.
Valtierra afirmó que la labor fotográfica de Romualdo es destacada, sobre todo por ser de carácter social y antropológico, además de realizarse por medio de un estilo muy peculiar.
El artista zacatecano añadió que la obra de García se preserva gracias a la labor de rescate emprendida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en el entendido de que mucha de ella se perdió debido al descuido.
Añadió que, de cualquier manera, esa instancia cultural logró imprimir cierta parte de la obra de Romualdo, que “ahora podamos disfrutar y difundir en la mayor parte del país”.
Ante ello dijo que no fue sino hasta la década de los 30 que en México hubo cierta conciencia de comenzar a conservar el acervo fotográfico de los artistas del pasado, “por lo que esperamos que, en el futuro, la gente también pueda apreciar muchas de las obras que los fotógrafos del presente hemos realizado”.
En De pelo, medio pelo y terciopelo, el creador visual retrata los tres estratos sociales fundamentales en su momento; así capta de ellos son sus rasgos físicos, indumentaria, modas, roles y actitudes
En las clases altas fotografía a los empresarios, hacendados, inversionistas y militares; para el caso de las personas de medio pelo, retrata a familias, maestros, comerciantes y artesanos.
Y, para el caso de las personas de pelo, capta a los peones, trabajadores, aguadores, campesinos y otros tipos de la vida común.
Romualdo García abrió su estudio en la calle de Cantarranas 34, ubicada en la capital de su estado natal en 1887 y una de sus misiones personales fundamentales fue retratar a todos los sectores de la población de su tiempo, con lo que pasó a convertirse en el “fotógrafo por excelencia de los guanajuatenses”.
Participó en la Exposición Universal de París en 1889, en donde obtuvo una medalla de bronce y sus métodos de impresión se basaron en el colodión húmedo, la plata seca y el uso de la albúmina como condensador, además de utilizar las vistas estereoscópicas.
Una de las salas de la Alhóndiga de Granaditas lleva su nombre y en ella se conserva la mayor parte de su obra, que se consideró perdida con la inundación que hubo en Guanajuato en el año de 1905.