Guadalajara.- Un buen control y apego al tratamiento permiten una vida normal al 100 por ciento en el paciente con asma y no se ve limitado a realizar actividades como ejercicio físico ni de otra índole, afirmó la neumóloga Gabriela Arellano Padilla.
Explicó que el asma es una inflamación crónica de las vías aéreas las cuales reaccionan de manera extrema ante estímulos como el humo del tabaco, contaminantes, polen, infecciones respiratorias, entre otros.
“Es cuando se producen exacerbaciones o crisis debido a que los bronquios tienden a cerrarse”, detalló la experta del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco.
Indicó que al ser un padecimiento crónico no es curable pero sí controlable, para lo cual se suministran al paciente medicamentos antiinflamatorios y dilatadores como los esteroides que en su modalidad inhalada no producen ningún tipo de efecto secundario.
Aunado al tratamiento médico, dijo, es necesario establecer algunas medidas ambientales como no exponerse al humo del cigarro en calidad de fumadores pasivos, ni fumigar el hogar así como evitar la formación de salitre derivado de filtraciones de humedad en las paredes.
La especialista señaló que el 80 por ciento de los pacientes responden favorablemente a esta modalidad de terapia sin necesidad de inmunoterapia, es decir, la aplicación de vacunas para evitar las crisis asmáticas.
Arellano Padilla mencionó que el asma es un padecimiento frecuente en la población pediátrica, constituye el primer motivo de atención en consulta externa de Pediatría y la cuarta causa de hospitalización en el Hospital General Regional (HGR) No 45.
Estimó que uno de cada 10 niños puede ser asmático y precisó que la enfermedad predomina en menores de cinco años destacando que los síntomas pueden aparecer inclusive desde el primer año de vida.
Básicamente esta patología se caracteriza porque el paciente presenta tos que se intensifica por las noches o al realizar actividades como correr; en algunos casos se presenta una especie de silbido que emana del pecho.
En personas que presentan resfriados que se prolongan por más de 10 días o que de una gripe simple pasen desarrollen una afectación bronquial, o bien que no respondan a tratamientos tradicionales, puede tenerse la sospecha de que son asmáticos.
La experta mencionó que el tratamiento en pacientes asmáticos tiene una duración mínima de tres a seis meses aunque puede prolongarse hasta un año, y cuando existe desapego aumenta el riesgo de presentar crisis respiratorias, apuntó.
Señaló que el factor genético juega un papel importante en el desarrollo del asma dado que si ambos padres padecen la enfermedad, el descendiente tiene hasta 70 por ciento de riesgo de presentar la patología, si sólo es uno de los padres la probabilidad es del 50 por ciento.
Otros detonantes del asma son: tener padres fumadores, que la madre haya fumado durante el embarazo, presentar rinitis alérgica o dermatitis atópica es decir alergia en la piel, entre otros.