Las leyes en México prohíben la venta de alcohol a menores de edad, pero estos se las ingenian para burlar la norma, tal vez en complicidad con adultos, la cosa es que las bebidas embriagantes llegan a más gargantas de adolescentes.
La sexta Encuesta Nacional de Adicciones (2011), que recogió información en 17,500 viviendas entre adultos de 18 a 65 años y adolescentes de 12 a 17 años, hizo este hallazgo: el consumo de alcohol entre adolescentes “aumentó significativamente”.
El estudio detalla: el consumo de alguna vez en la vida pasó de 35.6% de los adolescentes consultados en 2002 a 42.9% en 2011, un salto de 7 puntos porcentuales.
La prevalencia de consumo de alcohol en el último año entre chicos de 12 a 17 años pasó de 25.7% a 30.0%, en el mismo periodo. Y la prevalencia de tomar bebidas embriagantes en el último mes se duplicó, al ir de 7.1% a 14.5%, igual de 2002 a 2011.
Este aumento en el acercamiento a las bebidas embriagantes se da lo mismo en chicos que en muchachas, ya que el registro de prevalencia de consumo en el último mes en el caso de ellos se incrementó de 11.5% a 17.4% y en ellas tuvo un salto aparatoso de 2.7% a 11.6% en los últimos nueve años.
Entre adolescentes, la barrera social que inhibía a las mujeres beber se está diluyendo y los porcentajes se acercan al de los chicos, por ejemplo: en 2011 el 39.7% de las consultadas dijo haber bebido alguna vez frente a 42.9% de ellos; el 28.1% de las muchachas dijo haber consumido alcohol en el último año en comparación con 30.0% de ellos.
Los chicos al igual que los adultos mexicanos beben poco a diario, pero cuando se trata de tomar lo hacen de manera exagerada. La prevalencia de beber diario entre los muchachos es de 0.2%, en el último mes de 14.5%.
El 14.5% dijo haber registrado un “consumo alto”, que significa para el caso de los hombres haber consumido en los últimos 12 meses cinco copas o más en una sola ocasión; en el caso de las mujeres, cuatro copas o más en una sola ocasión.