Guadalajara.- Sólo un milagro podía salvar la vida de Juan Carlos Flores; tras haber contraído hepatitis C, los médicos no le daban más de 2 años de vida. Hoy lleva ocho y está convencido de que Cristo lo salvó.
“Fue un milagro porque ya había habido una carga positiva y me negativicé y no pasa eso”, aseguró Juan Carlos”.
“Diario que iba a dormirme, (Cristo) me decía que no me preocupara, que él me iba a sanar, pero yo no le creí, la verdad, estaba todavía muy inmaduro en ese tiempo”, expresó.
Fiel a su tradición, asistió como lo hace desde hace seis años a la Marcha por Jesús, organizada desde 1999 por la comunidad cristiana en Guadalajara, Jalisco, con el objetivo de contrarrestar los índices de violencia a través del fortalecimiento de la familia.
La voz del ahora agente vial se sumó a los alrededor de 7 mil fieles que partieron del cruce de avenida Hidalgo con Chapultepec rumbo a Plaza Liberación.
En medio de la música, porras y el grito de “Cristo vive”, Juan Carlos caminó acompañado de su esposa, su hija de 9 meses y su hijo de 16 años.
Para los organizadores, es a partir del núcleo familiar donde pueden solucionarse los problemas económicos, de violencia e inseguridad.
Explicaron que la marcha tiene su origen en Inglaterra, donde los cristianos decidieron concientizar a la población, tras una ola violencia en el país.
Pese a que la Marcha por Jesús no logró atraer la convocatoria que esperaban, más de 15 mil personas, contaron con la participación de alrededor de 7 mil, de acuerdo con los organizadores; en contraste, agentes de la Secretaría de Vialidad y Transporte calcularon cerca de 5 mil personas, cuando la manifestación llegó a Plaza Liberación.
En la explanada de la plaza, los fieles disfrutaron de un concierto con el violín de la ex vedette Olga Breeskin, quien también presentó su testimonio.
Tan sólo la Zona Metropolitana de Guadalajara existen aproximadamente 300 comunidades cristianas, donde asisten, en promedio, 35 mil personas.