Río Grande. El alcalde Mario Alberto Ramírez Rodríguez se reunió con los integrantes del Ejido Emiliano Zapata, conocido como Morones, y líderes areneros para encontrar una solución al conflicto surgido por la extracción de material de la localidad.
En la junta estuvieron Joel Mascorro García, representante del ejido; el dirigente de la comunidad, Filiberto Hernández; y los concesionarios de arena de la Unión de Materialistas de Carga Liviana de Río Grande Asociación Civil, representados por Benito García.
Al tratar el tema relativo a la arena que se extrae del arroyo ubicado a la orilla de la comunidad Emiliano Zapata, Ramírez Rodríguez hizo un llamado a ambos grupos “a la disposición y buena voluntad para solucionar el problema, como se dio en San Felipe, pues no es un asunto de la presidencia municipal, aquí yo únicamente estoy entrando como intermediario, para que tanto los concesionarios de materialistas como el ejido queden en armonía”.
La problemática es similar a lo suscitado en San Felipe, donde fueron dañados los caminos con los vehículos de carga pesada de los materialistas, por lo que los ejidatarios dijeron que no permitirán que se obtenga más arena de su ejido, a menos de que se pague alguna cuota.
Los materialistas enfatizaron que, como concesionarios, tienen los permisos conforme a la ley, obtenidos en la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y en la Comisión Nacional del Agua (Conagua); manifestaron que a esa comunidad han llegado muchos particulares a comprar arena sin concesión alguna, lo que consiste en un delito tanto para quien adquiere como para quien vende, pues el material es propiedad federal.
Los materialistas externaron que ellos no ingresan al ejido, pues su permiso no es para esa tierra, por lo que Ramírez Rodríguez se comprometió a invitar al personal de la Conagua a que, de nueva cuenta, explique y verifique la situación, para lograr un buen término para ambos grupos.
La reunión se llevará a cabo este martes a las 13 horas, para hacer una visita técnica y realizar la plática de manera colectiva, con el fin de evitar cualquier enfrentamiento.