Fresnillo.- A pesar de que el alcalde Juan García Páez aseguró que la línea de conducción hidráulica del rancho La Luz, ubicada a la salida de Estación San José, está en funcionamiento desde hace casi tres meses, habitantes de fraccionamientos a los que beneficiaría esta obra revelaron que el desabasto continúa.
Los pobladores de algunos asentamientos urbanos, de los 13 por los que pasan 8 mil 500 metros lineales de tubería de 14 pulgadas de diámetro, reconocieron que aun cuando les llega más agua que antes, no es suficiente para cubrir sus necesidades e incluso hay semanas en las que no tienen el servicio.
Cerca de 40 mil personas resultarían beneficiadas con este proyecto, sin embargo los vecinos entrevistados mencionaron que además de que el agua no es suficiente, la presión no es la que se requiere y el líquido no sube a los tinacos.
Algunas de las colonias por donde pasa la línea de conducción son Mesoamérica, Magisterial, Victoria, Los Olivos, Polvaredas, Villas del Jardín, Impresionistas, Muralistas, Petroleros, Providencia y Abel Dávila García.
Los ciudadanos consideraron que las personas que cuentan con un aljibe son las más beneficiadas, pero quienes almacenan el agua en tambos o botes en ocasiones tienen que recurrir a adquirir pipas para cubrir sus necesidades.
El alcalde reveló que la línea de conducción trabaja a 80 por ciento de su capacidad, lo cual se logró debido a que se equiparon algunos pozos del Sistema Pardillo que se encontraban en reserva y los pusieron a funcionar.
María Guadalupe Jiménez, habitante del fraccionamiento Villas del Jardín, comunicó que el servicio lo tienen uno o dos días por semana; sin embargo, han llegado a quedarse sin agua hasta 15 días, por lo que lamentó que pese a este desabastecimiento tienen que pagar una cuota de 140 pesos mensuales.
“Soy una de la pocas personas en el fraccionamiento con un aljibe, pero a lo mucho me dura cuatro días el agua que ahí se almacena. Si nos llegan los dos días, ajustamos bien, pero si no, tenemos que comprar pipas”, agregó.
Mariana Lugo, del fraccionamiento Providencia, dio a conocer que en dicha zona el agua se las mandan solamente los sábados y domingos, de lunes a viernes utilizan el líquido que almacenaron, además de que llaman a una pipa para que les abastezca cuando se les termina.
Manifestó que en ocasiones resulta antihigiénico, ya que sólo esos dos días pueden limpiar sus hogares completamente.
“El agua es indispensable, si la ocupamos para lavar entre semana, nos quedamos sin bañarnos, de hecho las vecinas ya hasta nos cooperamos para hablarle a una pipa cada semana y nos llenan los tambos por 30 pesos, además de pagar los 112 pesos del recibo mensual”, enfatizó.
Bianca Elizabeth Arellano, de Los Olivos, informó que tienen agua tres días a la semana pero únicamente de las 4 a las 8 horas, por tal motivo la almacena en botes garrafones y casos; además reveló que ya tenían más de un mes que no subía el vital líquido al tinaco por la falta de presión.
“Nos llega una hebrita de agua, a lo mejor sería suficiente si el chorro fuera más abundante, pero no es así, es muy poca el agua que nos llega”, argumentó.
María de Jesús Martínez, del fraccionamiento Muralistas, consideró que el contar con un aljibe se ha convertido en una necesidad apremiante, debido al desabasto de agua que tienen, y aunque en comparación con los dos asentamientos anteriores, ellos tienen tres veces a la semana, pero no es suficiente.
“Antes también sólo una vez a la semana nos llegaba el agua, pero desde que pusieron a funcionar la línea de conducción el servicio mejoró, sin embargo, para los que viven en la Abel Dávila la situación es muy lamentable, porque ellos nunca tienen agua”, comentó.