Mazapil.- Debido a que no les ofrecen lo que requieren para subsistir en un entorno como en el que están acostumbrados, aún quedan 39 familias en la comunidad de Salaverna del municipio, que se niegan a abandonar sus hogares, pese a los riesgos que ello implica derivado de los trabajos que realiza la empresa minera Frisco.
En conferencia de prensa, el delegado ejidal de la localidad, Roberto de la Rosa Dávila, comentó que los quieren convencer con una casa, pero ellos no sólo quieren tener donde vivir, sino que requieren además que les garanticen que contarán con tierras de agostadero para que puedan realizar sus actividades y salir adelante.
Señaló que tal vez a los gobiernos municipal, estatal y a los empresarios, les parezca algo ilógico que no acepten una vivienda nueva, pero que su comunidad, Salaverna, que existe según el ejidatario desde 1566, guarda muchos recuerdos, por lo que tiene un gran valor para quienes ahí habitan.
Quieren contentar a las familias con unas casitas y alejarlos de donde han estado por años y ellos (la empresa minera) seguir explotando”
El delegado ejidal, indicó que ha acudido personal de la empresa que lo ha querido obligar a firmar un documento en el que es estipula que cualquier accidente que ocurra es bajo la responsabilidad de él, acción que se ha negado a realizar.
Considera injusta la postura de la empresa; por ello, solicita el apoyo de los gobiernos municipal y estatal para resolver dicha situación, para que “no nos sigan discriminando o amenazando”, expuso.
Dijo que es un atropello que se les presione de esa forma para que les cedan sus predios, de los que son los legítimos propietarios, y que lo pueden acreditar a través de los títulos o de los certificados parcelarios.
Agregó que a ellos nunca nadie les comunicó que se fuera a vender la tierra donde habitan.
Mientras que la diputada federal perredista, Socorro Ceseñas Chapa, precisó que se le ha dado seguimiento a esta demanda justa por parte de los ejidatarios, quienes sólo buscan que se les hagan valer sus derechos.
Indicó que los gobiernos municipal y estatal son los principales partícipes para que el grupo Frisco se siga enriqueciendo.
Por lo que hizo un llamado a que rectifiquen y ofrezcan a las familias que aún habitan Salaverna, un terreno similar con el que ahora cuentan, “pues además es como quitarle un pelo a un gato, pues aunque ha bajado el oro, tienen con qué hacerlo”.
Agregó que después de las elecciones, se pretende realizar una reunión con autoridades y empresarios, que hay disponibilidad por parte de las 39 familias, por lo que espera que se llegue a un acuerdo en donde éste fragmento de la población resulte beneficiado.
“Ahí estaremos apoyando, así sea una sola familia la que quede”, afirmó la legisladora federal.