Una de las caras más crueles del México de la marginación es la de la explotación laboral de los niños, terreno en el cual cerca de 45% de los menores que trabajan en el campo no va a la escuela y casi la mitad padece de desnutrición.
El panorama es grave y por ello hay que avanzar en la eliminación de la explotación laboral infantil y otorgar mayor protección a los derechos del niño, dice la diputada María Guadalupe García Almanza, quien impulsa una reforma a la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, pues 1.1 millones de niños y niñas trabajan en campos agrícolas.
La cuestión empeora si se observa que cada año más de 300,000 menores abandonan sus comunidades para buscar trabajo en otras entidades.
Muchos niños y niñas “comienzan a laborar entre los 7 y 8 años, aunque se detectaron niños de 5 años que tienen cargas de trabajo equivalentes a las de un adulto” y son víctimas de la explotación como consecuencia de la extrema pobreza en que viven.
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, de 1.1 millones de niños jornaleros, 41.3% no va a la escuela por falta de recursos económicos; 62.8% de los niños de entre 14 y 17 años no terminó la primaria por su incorporación al trabajo en el campo y 26.3% tiene jornadas que exceden las seis horas permitidas en la Ley Federal del Trabajo.
Cerca de 42% padece algún grado de desnutrición y tienen tres veces menos oportunidades de disfrutar de sus derechos básicos, como la salud y la educación.