Zacatecas.- Pese a manifestar que su posición personal es contra la legalización de las drogas, el obispo Sigifredo Noriega Barceló consideró que debe discutirse cómo cambiaría la aprobación de esta medida, y determinar así los impactos de la legalización.
El representante de la Diócesis de Zacatecas indicó que los motivos para el consumo de sustancias, legales e ilegales ha cambiado, por lo que ahora “no matan, pero sí generan condiciones para que la gente pierda la cabeza”.
Hay muchos elementos que se deben tener en cuenta, como saber si soluciona problemas u ocasionará más. La respuesta no es tan sencilla”
No obstante, apuntó que ante la problemática que genera el consumo de sustancias psicoactivas durante estos últimos 15 años se puede discutir si es sano para la comunidad la legalización de drogas.
Recientemente el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, planteó la necesidad de abrir a la discusión la posibilidad de que la marihuana se legalice, poco después que Uruguay aprobará esta medida.
“Hay muchos elementos que se deben tener en cuenta, como saber si soluciona problemas u ocasionará más. La respuesta no es tan sencilla”, reconoció el sacerdote sonorense.
Subrayó que el problema no es solamente en el caso particular de la marihuana, sino que el consumo de esta sustancia lleva a ingerir otras.
Tras calificar como “preocupante” la adicción, Noriega Barceló expuso que la situación afecta a toda la sociedad, pero que también ésta debe cuestionarse qué tipo de valores enseñan los padres a los hijos, así como las instituciones a los ciudadanos.
Añadió que es necesario profesionalizar las soluciones para que las personas con problemas de drogas sean rehabilitadas, pues cada vez es más complejo entender las causas del consumo de drogas, pues ya no es sólo por curiosidad, como hace 15 o 20 años.
“Se requiere que haya gente profesional, que haya estudiado el problema a fondo y le dé seguimiento. Primero debe haber un diagnóstico, luego un pronostico de cómo debe ser este acompañamiento con los jóvenes y con los adictos”, afirmó.
Un homosexual puede llegar a la santidad
Respecto de las declaraciones vertidas por el Papa Francisco respecto a las personas homosexuales, el obispo ratificó que debe respetarse su dignidad, por lo cual no es posible juzgarlos.
En el evangelio de hoy aparece esta enseñanza. Cristo mismo dice ‘¿quién soy para repartir herencias’. El Papa Francisco, muy listo, uso esta expresión.
Compartimos como iglesia esta postura que se da en el respeto a toda persona, desde antes de nacer hasta su muerte natural.
Indicó que lo nuevo son los gestos, pues desde que estaba Benedicto XVI se emitió un documento que hablaba sobre el tema, pero se le vio “como el Torquemada de la Iglesia” y principal opositor de este sector social.
Precisó que las cuestiones que no pueden aprobarse son las posturas perjudiciales, que aplican tanto a personas homosexuales como heterosexuales; “la persona homosexual puede llegar a la santidad”, apuntó.